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Otorgan el Nobel de Física a los descubridores del primer exoplaneta

Fue el inicio de una “revolución” en la astronomía, que permitió identificar miles de sistemas planetarios. James Peebles, Michel Mayor y Didier Queloz cambiaron la percepción del Universo, dice la Real Academia de Ciencias.

Fue el inicio de una “revolución” en la astronomía, que permitió identificar miles de sistemas planetarios. James Peebles, Michel Mayor y Didier Queloz cambiaron la percepción del Universo, dice la Real Academia de Ciencias.

Otorgan el Nobel de Física a los descubridores del primer exoplaneta

Otorgan el Nobel de Física a los descubridores del primer exoplaneta

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

James Peebles, Michel Mayor y Didier Queloz fueron distinguidos con el Premio Nobel de Física 2019, por sus contribuciones a la comprensión de la evolución del Universo, el lugar de la Tierra en el cosmos y el primer hallazgo de un planeta en órbita alrededor de una estrella similar al Sol fuera de nuestro sistema (exoplaneta). Sus hallazgos revolucionaron la percepción del Universo, señaló la Real Academia de las Ciencias sueca.

Si Peebles es considerado el fundador de la comprensión moderna de la historia del Universo y el hombre “que asentó la cosmología en el mapa científico”; Mayor y Queloz revolucionaron la astronomía abriendo camino a nuevas teorías sobre los procesos físicos responsables del nacimiento de los planetas.

El miembro de la Academia sueca de Ciencia Ulf Danielsson explicó a la prensa los detalles del premio, para lo que escogió una buena taza de café con leche y azúcar.

Y es que para Danielsson el Universo puede crearse en una taza de cristal, a la que fue echando café: “ésta es la energía oscura”; la “cantidad justa de crema, ésta es la materia oscura, y ahora una pequeñísima cantidad de azúcar, ésta es la materia ordinaria, sobre la que ha girado la ciencia durante miles de años... hasta ahora”.

La luz procedente del nacimiento del Universo fue capturada por primera vez en 1964 por los astrónomos estadunidenses Arno Penzias y Robert Wilson, premiados con el Nobel catorce años después.

La antena de comunicaciones que construyeron detectaba también un ruido de fondo desconocido que no podían eliminar y que resultó ser la radiación de fondo de microondas, una radiación fósil que actúa como eco del Big Bang y cuya existencia había predicho Peebles.

Peebles se dio cuenta de que la temperatura de esa radiación podía proporcionar información sobre la cantidad de materia creada en el Bing Bang y para saber cómo se desarrolló el Universo desde su primera infancia hasta hoy.

Durante dos décadas desarrolló herramientas teóricas y las aplicó para descubrir los componentes más misteriosos del Universo: la materia oscura (26 % del Universo) —de la que sólo se conocen algunas propiedades— y la energía oscura (69 %), esa fuerza que obliga a las galaxias a apartarse unas de otras cada vez más rápido.

Peebles lanzó teorías aún vigentes sobre la composición de la materia oscura, uno de los grandes misterios de la cosmología, y su idea de recuperar la constante cosmológica, propuesta en su día por Albert Einstein, ha ayudado a reforzar la hipótesis de un universo plano.

A través del trabajo del nobel canadiense y de las nuevas formas de observar y medir nuestro universo, la cosmología evolucionó hasta ser una ciencia de previsión basada en fundamentos matemáticos, dijo Danielsson.

Mientas Peebles se centró en “el café y la crema” de aquella taza que representa el Universo, Mayor y Queloz lo hicieron en lo que es “más importante para nosotros, el azúcar”, es decir en la materia ordinaria, de la que estamos hechos nosotros y todo lo que nos rodea, agregó Danielsson.

Aunque apenas se conoce el 5 % de esa materia, el modelo del Big Bang se convirtió en el referente aceptado por los astrónomos, que en las últimas dos décadas han identificado más de 4,000 exoplanetas.

El primero de ellos —el 51 Pegasi b, a 50 años luz de la Tierra— fue descubierto en 1995 por Mayor y Queloz, culminando una labor iniciada años atrás por el primero para estudiar el movimiento de las estrellas y que le llevó a construir sus propios aparatos de medición.

En 1977 Mayor montó su primer espectrofotómetro en un telescopio al noreste de Marsella (Francia), pero aunque logró rebajar la velocidad a 300 metros por segundo, ésta era todavía demasiado alta para ver un planeta arrastrando a su estrella.

A principios de 1990, Queloz, entonces estudiante de doctorado, se unió al grupo de Mayor para desarrollar nuevos métodos que facilitaran mediaciones más precisas, una tarea que desembocó cuatro años después en un nuevo espectrofotómetro que reducía la velocidad a 10-15 m/s y abonaba el camino al primer hallazgo de un exoplaneta.

Ese descubrimiento inició una “revolución” en astronomía, que ha permitido identificar miles de nuevos sistemas planetarios con telescopios y satélites.

El también miembro de la Academia Sueca de Ciencias Mats Larsson señaló que el descubrimiento del primer exoplaneta “fue una revelación que cambió para siempre nuestra visión del lugar que ocupa la Tierra en el Universo”.

Peebles se lleva la mitad de la dotación económica del premio, que asciende a 9 millones de coronas suecas (831,000 euros, 912,000 dólares), mientras Mayor y Queloz comparten la otra mitad.

DESCUBRIR UN EXOPLANETA, “LO MÁS EXCITANTE". El descubrimiento del primer exoplaneta, el 51 Pegasi b, fue “lo más excitante de toda nuestra carrera y que ahora se recompense con un Premio Nobel es simplemente extraordinario", dijeron los astrofísicos Michel Mayor y Didier Queloz, los dos laureados suizos.

Así lo ha difundido la Universidad de Ginebra, donde ejercen los dos científicos que han compartido el Premio Nobel de Física que fue anunciado hoy con el canadiense-estadunidense James Peebles.

JAMES PEEBLES. Nacido en 1935 en Canadá, es doctor por la Universidad de Princeton y catedrático Albert Einstein de Ciencias en esta institución.MICHEL MAYOR. Nacido en 1942 en Lausana, es doctor por la Universidad de Ginebra, de la que es catedrático.DIDIER QUELOZ. Nacido en 1966, se doctoró y es catedrático de la Universidad de Ginebra, además de ocupar una cátedra en la Universidad de Cambridge.