Opinión

Otra derrota de EU; otra tragedia para las afganas

Otra derrota de EU; otra tragedia para las afganas

Otra derrota de EU; otra tragedia para las afganas

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Ni en la peor pesadilla del presidente Joe Biden o de sus estrategas del Pentágono podrían haber imaginado lo que acaba de pasar en Afganistán: los estadunidenses huyendo en helicópteros de Kabul, tras la caída de la ciudad en manos de los enemigos talibanes; la misma imagen que sucedió hace 46 años en Saigón y que simbolizó la derrota humillante de Estados Unidos en Vietnam, con decenas de ciudadanos de ese país subiendo apresuradamente a un helicóptero en el tejado de la embajada en Saigón, mientras se acercaban las tropas comunistas del Viet Cong.

Por mucho que el secretario de Estado de EU, Anthony Blinken, insistiera este domingo en que Kabul “no es Saigón”, su cara descompuesta en la rueda de prensa decía justo lo contrario.

Una vez más, Estados Unidos sale humillado de un país asiático derrotado por un puñado de guerrilleros mal armados. La primera potencia militar del mundo, con un presupuesto de Defensa que da mareos —778 mil millones de dólares frente a los 19.8 mil millones del PIB de Afganistán— ha sido incapaz de evitar que los integristas talibanes, los mismos que ayudaron a Osama bin Laden y sus compinches de Al Qaeda a planear los atentados del 11-S, regresen al poder por la puerta grande.

De nada han servido veinte años de presencia militar estadunidense en el país centroasiático, ni los 88 mil millones de dólares invertidos por el Pentágono en entrenar y armar al Ejército afgano para mantener a raya a los talibanes, una vez Estados Unidos completase su retirada total de Afganistán en las próximas semanas. Éste era el plan de Biden… pero ocurrió justo lo contrario.

Los soldados afganos, asombrados por la campaña relámpago de los talibanes, huyeron en desbandada, dejando un valioso arsenal estadunidense a merced de los fundamentalistas. No puede haber peor manera de conmemorar el veinte aniversario del ataque de Al Qaeda al Pentágono y a las Torres Gemelas.

Pero no toda la culpa debe recaer en la fallida estrategia de Biden. El demócrata debe compartir la derrota estadunidense con su antecesor, Donald Trump, quien fue el que dio esperanzas a los talibanes, a los que devolvió la alegría cuando anunció la retirada de las tropas de EU en un plazo de 14 meses y los invitó a negociar con el gobierno de Kabul en Qatar, dando así un tiempo precioso a los integristas para rearmarse.

Pero lo peor no es en sí la derrota de EU en Afganistán, sino la victoria de los talibanes, que levanta la moral y da esperanzas a otros grupos terroristas islámicos para intentarlo en otros países.

Y con la llegada al poder de los talibanes, regresa su odio a las mujeres y niñas. El mundo debe impedir que el terror de la burka regrese como un fantasma.

Si debemos lidiar con los talibanes en Afganistán a partir de ahora, éstos deben tener enfrente a una comunidad internacional que no consentirá ni un paso atrás en los derechos humanos.

fransink76@gmail.com