Definitivamente el sábado fue el peor día del mundo del espectáculo ante el fallecimiento del Príncipe de la Canción, José José, un día muy temido, que sabíamos que llegaría pues dio una dura batalla contra el cáncer de páncreas, del cual, aparentemente, había salido.

Lo peor del caso es que no sabremos nunca a ciencia cierta que le pasó, si recayó, pues desde que su hija Sarita se lo llevó a Miami nadie tenía ni noticias ni contacto con el amado cantante. Ahora veremos cómo quedará la herencia para sus hijos y si realmente José Joel y Marisol están incluidos, pues repito, ni ellos podían ­acercársele.

Yo viví con Anel Noreña, cuando ya se habían divorciado y se llevaban muy bien. José José ya se había casado con Sara Salazar y tenían ya a Sarita, su última hija. Se le realizó en México un homenaje en el extinto Premier, ahí cantó junto a muchos grandes y compartí mesa con Anel, José Joel y Marisol, terminado el concierto fuimos a verlo al camerino y ahí con mis ojos vi la amabilidad y cordialidad que existía entre Sara y Anel.

Cuando José José se divorció de Anel le dejó la casa de El Pedregal y pagaba una buena pensión para sus hijos y ella. Y de un día para otro, todo cambió, empezó una guerra contra Anel y sus hijos. Los dejó a la deriva, cuando aún tenía suficiente dinero para ellos y su nueva familia, pero la enfermedad cobró cara la factura, dejándolo otra vez en la ruina.

La enfermedad de Sara Salazar y la propia en la que se quedó sin voz, hizo que, tal vez, se diera cuenta de quiénes eran sus grandes amigos que le ayudaron bastante en lo económico y personal.

De ahí hubo un gran reencuentro con su hijo José Joel, quién apoyó a su padre, llevándolo de nuevo a los escenarios. José Joel y Marisol también estuvieron a su lado cuando llegó el cáncer de páncreas, que los médicos mexicanos le pudieron erradicar.

Y ya sabemos la historia que siguió después y ahora será velado en Miami, México llora su muerte, México rinde homenajes y México quisiera tenerlo de regreso.

@vero1gallardo