Metrópoli

Patinazo de sábado, otro aspecto de los Faros urbanos

El patinaje artístico es una disciplina de acrobacias, piruetas, coreografías y otros ejercicios técnicos sobre cuatro ruedas

El patinaje artístico es una disciplina de acrobacias, piruetas, coreografías y otros ejercicios técnicos sobre cuatro ruedas

Patinazo de sábado, otro aspecto de los Faros urbanos

Patinazo de sábado, otro aspecto de los Faros urbanos

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Deslizarse, girar y seguir el ritmo de la música es lo que hacen las niñas del equipo de patinaje artístico que se reúne en el Faro Cultural y Recreativo Iztacalco todos los sábados después de las 2 de la tarde.

Es ésta una escena más que los llamados Faros (Fábricas de Artes y Oficios) están dando a la Ciudad de México. Y no sólo en el esquema original, pues el Faro Iztacalco es un centro que ha recogido esta experiencia dándole un toque local, como lo es el patinazo de los sábados.

Cada sábado, llegan niñas y jovencitas a una cita con las cuatro ruedas. El patinaje artístico es una disciplina deportiva de deslizamiento en la que se hacen acrobacias, piruetas, coreografías y otros ejercicios técnicos utilizando patines.

Quienes practican este deporte tienen un reto doble: deben manejar a la perfección la técnica de patinar sin olvidarse de la estética y el arte que deben transmitir; también requieren tener una buena preparación física, una gran capacidad de concentración y un buen oído para la música.

Las pequeñas que llegan a este lugar se enfrentan así a retos interesantes y ratos divertidos.

Después del calentamiento y las tres vueltas a la pista que les pide el entrenador, el equipo en este Faro urbano se sumerge en la música que proviene de una pequeña bocina. Se escucha un violín y unas trompetas, en ese momento las niñas hacen una fila y se desplazan de puntas hacia su derecha: “tres pasos y me deslizo, tres y me deslizo”.

“No se puede, está bien difícil, aparte el maestro no trae patines”, dice una jovencita.

“Ok, me pondré los patines para que vean que sí se puede, y si puedo me van a dejar brincarlas”, responde el entrenador a manera de apuesta con sus alumnas.

Minutos después, el entrenador, ya con patines abrochados, comienza a hacer el ejercicio: “tres paso y me deslizo”.

Algunas de las participantes se ríen y recuerdan el trato que el entrenador les había hecho.  “¡Ya vieron, sí se puede! Ahora acomódense una junto de la otra en la pista, porque las voy a saltar”, indica el entrenador.

Cuatro de las niñas del grupo aceptan el trato con el entrenador y se colocan muy juntas en la pista. Con una vuelta para tomar impulso, el entrenador brincó a las niñas sin ningún problema, asombrando a los padres y a sus alumnas.

En el equipo hay patinadores muy pequeños, desde los cuatro años y la mayoría de sus integrantes son mujeres jóvenes.

En el centro de la pista de óvalo, hay unas bancas de metal, desde allí los padres que acompañan a sus hijas están al pendiente de cada uno de los movimientos que realizan, temerosos del riesgo de una caída que es constante por lo intrépido que llega a ser el baile.

Aunque el calor y los rayos de sol de este sábado son intensos, los patinadores practican alrededor de tres a cuatro horas.

El recinto cultural se encuentra ubicado en la calle Oriente 255, entre Sur 24 y Sur 28, en la colonia Agrícola Oriental, en la alcaldía Iztacalco.