El número de cruces irregulares en la frontera de Estados Unidos con México se duplicó en febrero respecto al mismo mes de 2018 y registró un récord en los últimos 12 años, según datos publicados este martes por la Patrulla Fronteriza.

En total, 76 mil 103 migrantes fueron detenidos en el linde sur del país, en comparación con los 36 mil 751 del mismo mes del año pasado. Respecto a enero, mes en el que se arrestó a 58 mil 207 migrantes, la cifra aumentó un 31 por ciento.

Entre los migrantes que cruzaron, 40 mil 325 estaban integrados en familias, mientras que 7 mil 249 fueron menores no acompañados.

“Punto crítico”. “El sistema está mucho más allá de su capacidad y se encuentra en un punto crítico”, dijo el comisionado de la Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), Kevin McAleenan, en una rueda de prensa en Washington al presentar el informe.

“Basado en la experiencia de los hombres y mujeres agentes en primera línea, esto es claramente una crisis fronteriza y humanitaria”, consideró McAleenan, alineándose así con la posición del presidente Donald Trump, que batalla porque el Congreso no le vete su declaración de emergencia nacional, maniobra que forzó hace un mes para financiar el muro que prometió en campaña.

Presión al Congreso. Según McAleenan, el aumento en los cruces es “una respuesta directa de los contrabandistas de personas y migrantes a las vulnerabilidades” del sistema migratorio y legal de EU, por lo que pidió al Congreso que actúe al respecto.

No obstante, el Senado presumiblemente votará en las próximas fechas contra la declaración de emergencia decretada por Trump el 15 de febrero para financiar el muro, con lo que se impondría el desafío del Congreso y forzaría al mandatario a usar su capacidad de veto.

Los 47 senadores demócratas del Senado ya han asegurado que votarán para bloquear la medida y a ellos se han sumado cuatro republicanos — Susan Collins, Thom Tillis, Lias Murkowski y Rand Paul—, con lo que se alcanzarán los 51 votos necesarios.

En un intento de aparentar neutralidad, el mando de la Border Patrol dijo que “independientemente de la política preferida de cualquiera, el status quo es inaceptable. Presenta una crisis urgente y creciente”.

“La situación actual no es segura para los inmigrantes y para los agentes fronterizos es un desafío proporcionar atención humanitaria”, insistió McAleenan.

Además, dijo, “estamos muy preocupados de que los números de detenciones van a continuar creciendo, ya que marzo, abril y mayo registran habitualmente picos de llegadas de indocumentados a la frontera, gracias a las buenas temperaturas que hacen que la travesía sea más cómoda”.

Pese al tono alarmista, el dato registrado en febrero de este año está muy lejos de las 1.6 millones de personas que fueron arrestadas en el año 2000 en la frontera, bajo el mandato del entonces presidente Bill Clinton (1993-2001).

Mexicanos, al tercer lugar. De acuerdo con el informe, más del 90 por ciento de los migrantes de febrero procedían de Guatemala, según McAleenan, que explicó que “muchas familias guatemaltecas ahora están utilizando autobuses y llegando a la frontera suroeste en tan sólo cuatro y siete días de manera muy consistente”.

Asimismo, Honduras desbancó a México como el segundo país con más nacionales que llegaron ilegalmente a Estados Unidos.