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Peligro en casa: los tanques de gas doméstico, sin mantenimiento

De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), más del 70 por ciento de los tanques de gas para uso doméstico o comercial se encuentran en mal estado o presentan características vulnerables para la seguridad. La mayoría de cilindros presentan un alto grado de corrosión, mala verticalidad: “los tanques se ladean” y válvulas con desperfectos.

De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), más del 70 por ciento de los tanques de gas para uso doméstico o comercial se encuentran en mal estado o presentan características vulnerables para la seguridad. La mayoría de cilindros presentan un alto grado de corrosión, mala verticalidad: “los tanques se ladean” y válvulas con desperfectos.

Peligro en casa: los tanques de gas doméstico, sin mantenimiento

Peligro en casa: los tanques de gas doméstico, sin mantenimiento

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
[ Primera Parte ]

Más del 70 por ciento de los tanques de gas para uso doméstico o comercial se encuentran en mal estado o presentan características vulnerables para la seguridad, conforme a una muestra realizada por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) del 1 de enero al 24 de mayo de este año, la cual fue compartida a Crónica.

El riesgo fue detectado por este organismo de manera fortuita, al verificar la entrega de kilos incompletos, pues hoy, de manera increíble, ninguna dependencia en el país es responsable de supervisar las condiciones de los cilindros.

Tras las primeras alertas compartidas por verificadores, a finales del año pasado, el procurador Ricardo Sheffield ordenó una inspección más profunda: en el lapso señalado, se examinaron 900 cilindros, de los cuales se inmovilizaron 648 por su nivel de deterioro. Corrosión, verticalidad —“los tanques se ladeaban”— y válvulas con desperfectos fueron las principales causas.

Este diagnóstico forma parte de un operativo desarrollado en torno al tema, cuyos resultados serán presentados hoy en la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador…

Aunque, conforme a la ley, los tanques son propiedad de las gaseras y éstas son las encargadas de vigilar sus condiciones físicas, el abandono institucional en los últimos años del sexenio anterior, las omisiones empresariales, el rezago reglamentario y la falta de un programa para sustituir los recipientes han provocado ya historias trágicas. De no haber acciones urgentes y concretas, el peligro acecha.…

DOLOR Y DESORDEN. Doña Martina y otras dos personas: su ayudante en el puesto y un cliente de la tercera edad, murieron por las lesiones derivadas de la explosión de un tanque de gas. Ocurrió la tarde del jueves 28 de marzo pasado en un tianguis de la colonia Juárez Pantitlán, en Nezahualcóyotl, Estado de México, donde la mujer de 52 años vendía carnitas. Otras nueve personas quedaron heridas y fueron hospitalizadas por quemaduras de leves a graves, las cuales les han dejado secuelas de por vida.

Este diario tuvo acceso al peritaje realizado por la Fiscalía General de Justicia del Edomex: “Cilindro en condiciones inestables, con evidentes rastros de corrosión”.

“Nos decían que, jurídicamente, la gasera era responsable de lo que pasó, pero la familia de doña Martina ni siquiera recordaba en dónde había comprado el gas y aquí las empresas se echan la bolita unas a otras”, cuenta don Alberto, también comerciante y quien atestiguó el accidente.

“Antes, aquí en la zona de Neza, cada compañía ponía su logo en el tanque, aunque sea con pintura, y sabíamos a quién le correspondía cada uno, pero el asunto se volvió un desorden, ya nadie respetó esa regla. Cada gasera comenzó a pintar sus tanques de un color distinto, y se hicieron bolas. Hoy vemos los camiones llenos de tanques multicolores: unos amarillos, otros azules, verdes, rojos, grises”.

LA NORMA OFICIAL MEXICANA. Rediseñada con el objetivo de troquelar los cilindros con la marca o el nombre de la gasera propietaria, estuvo enterrada desde hace muchos años en la Subsecretaría de Normatividad y Competitividad de la Secretaría de Economía (SE), la cual, adelantó la secretaria Graciela Márquez, desapareció para este sexenio, “por las medidas de austeridad, aunque eso no implica que se abandonen las tareas de revisión de las NOMs, sólo es una reestructura".

Esa labor está a cargo ahora de la Subsecretaría de Industria y Comercio.

Crónica consultó a la SE sobre el proceso normativo, pero en la incertidumbre del departamento desintegrado, no hubo respuesta.

La razón del olvido de la NOM se ha originado, en mayor medida, por la presión de los gaseros, para quienes el troquelado representaría competencia y buenas prácticas comerciales.

“En los sondeos que hemos hecho, la incidencia es demasiado alta”, cuenta Sheffield. “Muchos tanques ni se pueden parar, tienen que ponerles algo provisional para calzarlos, porque si no, se caen al piso, o están todos picados de las bases, que es un riesgo mayor, o con válvulas defectuosas”.

“El uso de cilindros es la forma más popular de consumir el gas, por lo que afecta a la población más pobre, es a la que estamos poniendo en riesgo. Las empresas están siendo omisas; ahora que estamos hablando con ellas, le echan la culpa a la norma oficial”.

—¿Qué norma?

—Una que contempla el troquelado con marca; que cuando fabricas el cilindro, se le ponga de qué empresa es, y no hay forma de que se le borre el dato, pero llevan años discutiéndola, y so pretexto de que no facilita la libre competencia en el mercado, se le ha sepultado.

—¿No hay entonces una norma?

—La que está, quedó ya rebasada, debe publicarse una nueva, que entre más a fondo, pero entre son peras o manzanas, se está poniendo en riesgo la seguridad de los clientes. Esa norma debe ser prioritaria, salir a corto plazo.

—También involucra a otras instancias, ¿no?

—Sí, depende de la Secretaría de Economía, no puede haber dilaciones, hay que atacar el problema.

Tras el golpe de muerte en el tianguis de la colonia Juárez Pantitlán, las autoridades de protección civil municipal, distantes durante muchos años, han implementado un operativo permanente para revisar los cilindros de los comerciantes, “pero ¿quién nos quita el dolor de ver el lugar vacío?, ¿quién nos quita el miedo? Ahora por cualquier ruidito, nos echamos a correr. Ni sabíamos que las gaseras tenían que cambiar los tanques; puros lamentos, porque nuestras amigas ya no están”, dice doña Luisa, otra de las marchantes.

Y en medio del juego sucio, asoma el dinero…