Opinión

Pesar por la conversión de Santa Sofía en mezquita

Pesar por la conversión de Santa Sofía en mezquita

Pesar por la conversión de Santa Sofía en mezquita

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La habilitación de la antigua basílica cristiana bizantina de Santa Sofía, en Estambul, que desde 1934 tenía el estatus de museo ecuménico y que era visitado al año por casi cuatro millones de turistas de todo el mundo, además de que era considerado como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO desde 1985, ha sido calificado hoy como una provocación del actual islamista gobierno turco que preside el presidente Tayyip Erdogan, y cuya finalidad es más electorera que ideológica, según algunos analistas.

Los gobiernos de Estados Unidos, Francia, Grecia y Rusia, entre otros, han expresado un fuerte rechazo a esta decisión, al que se suman los Patriarcados de la Iglesia Ortodoxa Griega y las autoridades religiosas de Constantinopla, cuya sede se encuentra en Estambul, y quienes han señalado que usar a la Basílica bizantina como trofeo de pasadas guerras, genera “fuertes protestas y frustraciones entre los cristianos de todo el mundo”, y en efecto, el Papa Francisco declaró sentirse muy dolido.

Lilia Mendoni, Ministra griega de Cultura, declaró que “el nacionalismo mostrado por el presidente Erdogan no es el mejor consejero,” y destacó el carácter ecuménico de este monumento cuya historia está ligada a los primeros años de la cristiandad, al punto de que llegó a ser el templo más grande del mundo.

Esta acción puede tener repercusiones políticas negativas en cuanto a la pretensión turca de integrarse a la Unión Europea. La UNESCO, por su parte, lamentó “profundamente la decisión de las autoridades turcas, adoptada sin diálogo previo, de modificar el estatus de Santa Sofía.”

La basílica de santa Sofía se construyó en el siglo VI por orden de Justiniano, emperador del Imperio Romano de Oriente, sobre construcciones anteriores de la época de Teodosio II y de Constantino.

En 1453 la basílica se convirtió en mezquita con el imperio otomano y en 1935 fue convertida en museo como símbolo de una nueva república turca que encabezó Mustafá Kemal, como parte de su intención de crear un estado moderno, democrático y laico, y quien es visto como padre y salvador de su país no obstante lo acusaban de extremista secular y europeización del país.

La transformación de la Basílica en mezquita es operativamente innecesaria pues, aunque el pasado 24 de julio, cuando se hizo el primer rezo, asistieron 500 invitados del presidente al interior del templo, y las explanadas y avenidas adjuntas se vieron colmados de fieles para el rezo al aire libre, a pesar de la pandemia de COVID-19, a pocos pasos está la mezquita azul que es de gran tamaño además de que en la ciudad hay unas tres mil mezquitas de distintas capacidades.

Santa Sofía que había sido secularizada dejó de pertenecer al Ministerio de Cultura y Turismo turco para depender ahora de la Diyanet, que es el organismo público gestor de las mezquitas turcas.

Aunque las autoridades han dicho que respetarán los históricos y artísticos mosaicos con imágenes cristianas, entre estos, de Jesucristo y de la Virgen María, muchos ponen en tela de juicio el cabal cumplimiento de esta promesa.

Carlos Villa Roiz