La recuperación de la casa donde creció el escritor Vicente Quirarte, ubicada en Allende 48, Centro Histórico de la Ciudad de México; la apertura del Claustro de La Merced donde vivió el artista Gerardo Murillo, Dr. Atl; y el rescate del antiguo edificio de San Nicolás, sobre la calle de Guatemala, son algunos de los inmuebles en el abandono y que a Ángeles González Gamio, Vicente Quirarte y Leonardo López Luján les gustaría se rehabilitaran.

Así lo manifestaron ayer los investigadores durante la mesa redonda La ciudad como personaje, celebrada en El Colegio Nacional.

“Me gustaría que se recuperara la casa donde viví y nací. Hace cinco años estaba viendo el periódico y una nota decía: ‘Se cae una vivienda en la calle de Perú’. Me dije qué barbaridad, pero cuando leí ¡era mi casa!, uno de los techos se cayó, entonces se cerró y mandaron afuera a los vecinos”, narra el poeta Vicente Quirarte.

Al también miembro de El Colegio Nacional e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) le gustaría que su casa de infancia se restaurara.

“Fui a verla con Ángeles González Gamio y me gustaría que fuera un museo de romanticismo o algo así, como sucede en cualquier país civilizado. La casa se ubica en la calle de Allende 48, esquina Perú”, señaló.

Quirarte comentó durante la mesa redonda que su parte favorita de la ciudad es la esquina de Moneda y Seminario.

“Ahí sucedió el inicio de la Decena Trágica. Ahí han pasado muchas voces, pero como dice Bernardo Esquinca: `Pasar por Templo Mayor siempre causa ñáñaras porque ahí están las presencias de tantas cosas que sucedieron en ese lugar´”.

A la pregunta de qué inmueble le gustaría ver rehabilitado, el arqueólogo y Premio Crónica, Leonardo López Luján, expresó que el Claustro de La Merced.

“Un lugar que es emblemático es el Claustro de La Merced que en el siglo XIX desapareció tanto la iglesia como todo el convento y se conserva la parte central del Claustro en sus dos niveles”, comentó.

El director del Proyecto Templo Mayor recordó que en la azotea de ese inmueble estaba la habitación donde vivió el Dr. Atl junto con Nahui Olin —Carmen Mondragón—.

“Hay muchos otros recintos que valdría la pena rescatar, como el Convento de Jesús María, para darle un uso, quizá no todos tienen que ser museos, a veces la cuestión es que tengan un uso y eso ayuda a que se conserven y sean espacios vivos”, indicó.

Sobre su lugar favorito de la ciudad, López Luján señaló que al ser sureño, guarda un cariño al barrio de Churubusco.

“Aunque desde 1980 trabajo a una calle de El Colegio Nacional, mi cruce favorito es el de la calle de Agentina y Guatemala, ahí se interconectaban los dos ejes principales, una especie de equivalente al cruce de Reforma e Insurgentes o el cruce actual más emblemático de la ciudad”, dijo el arqueólogo.

La cronista de la Ciudad de México, Ángeles González Gamio, también comentó que le gustaría ver restaurados muchos edificios de La Merced.

“Me gustaría que se volviera a recuperar el antiguo edificio de San Nicolás que está en Guatemala y ahora es una guardería. En la zona de La Merced hay muchos edificios maravillosos que se han convertido en bodegas, que son casas barrocas y como nunca se puso de moda la zona comercialmente, no destruyeron inmuebles para construcciones modernas”, explicó.

Otra construcción que a González Gamio le gustaría ver recuperada es la antigua Casa de la Alhóndiga, ubicada en La Merced.

“Ya la había restaurado hace mucho el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) pero ya se volvió a degradar, está en la calle de Alhóndiga, y era la Casa del Diezmo”, aseveró.

La autora y cronista reitera que su zona favorita de la Ciudad de México es La Merced. “Tiene una armonía y una vida tan intensa que conserva desde que era Tenochtitlan. La Merced era un barrio comercial importantísimo y eso sigue vivo”, indicó.

Durante la mesa redonda que contó con la participación, en video-enlace, de René Ceceña, del Centro de Estudios Mexicanos de la UNAM, en París; así como de Erik Le Gall, Enrique Martín Santamaría, Sofía Mateos y Eduardo Ramos-Izquierdo, de Sorbonne Université; González Gamio se refirió a su libro El patrimonio rescatado (1993).

“Hoy, el 40 por ciento de los inmuebles que aparecen en el libro ya están ruinosos y fueron obras costosísimos. No se puede bajar la guardia, los que amamos la Ciudad de México y su Centro Histórico, hay que estar siempre alertas y denunciando cuando algo se empieza a caer, deteriorar o no se arregle porque el mantenimiento siempre se nos olvida”, externó.

En el evento celebrado en El Colegio Nacional, Vicente Quirarte también comentó que las personas leen una ciudad al caminar por sus calles.

“Leemos una ciudad al caminarla, al descubrir su rostro ­inédito, al trazar el mapa de nuestro tránsito por ella una vez que nos concede volver a casa y soñar otra vez en reincidir en el diario combate”, destacó.