Opinión

Piso parejo para Taxis y apps

Piso parejo para Taxis y apps

Piso parejo para Taxis y apps

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Como ciudadanos lo que nos interesa es recibir un buen servicio, seguro y cómodo, pero también poder gozar de más opciones para nuestra movilidad.

Recientemente se ha agudizado el conflicto entre el gobierno y los taxistas, esto derivó en acuerdos que podrían ser violatorios a la ley como es el hecho de usar a la Guardia Nacional para realizar operativos en contra de los taxistas de plataformas digitales en los aeropuertos.

El tema medular es que no se han dado cuenta que el problema no son las apps, es la falta de visión del Gobierno. Los diputados del PAN en el Congreso de la Ciudad hemos pedido que trabajen de manera coordinada el gobierno federal y el gobierno capitalino para analizar a fondo el esquema de regulación de estos servicios y evitar así soluciones simplistas y absurdas que atentan contra el derecho humano a la movilidad y a la libertad económica del consumidor al restringirle opciones sobre las que pueda decidir, y lo peor es que terminen por pensar que la represión es la solución.

La Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) ha emitido opiniones en el sentido de que los taxis a través de aplicaciones sí deben ser regulados, pero a favor del usuario, permitiendo que éste sea quien elija el tipo de servicio a contratar en sus traslados y también se ha pronunciado advirtiendo que los servicios de taxi en los aeropuertos estaban operando bajo prácticas relativamente monopolísticas, causando precios inflados.

Los dos órdenes de gobierno lo que deben hacer es actuar para garantizar ‘piso parejo’ y equilibrar el terreno, a fin de hacer que los servicios de taxis concesionados y las apps puedan coexistir y competir lealmente. Hoy es casi 100 veces más caro trabajar con un taxi concesionado por el gobierno de la Ciudad de México que con un vehículo integrado a alguna de las aplicaciones de transporte individual como Uber, Cabify o Didi.

Un taxista concesionado tiene que pagar entre 30 y 50 mil pesos por las placas y un gestor;  entre 6,500 y 7,500 pesos por pintura y rotulado; dos verificaciones al año, cada una de 500 pesos; una revisión física y de documentos al año, le cuesta entre 500 y 800 pesos; el taxímetro, banderín y copete, entre 2,000 y 2,500 pesos; la verificación del  ­taxímetro dos veces al año, cada una con un costo de 350 pesos; más la licencia tipo B, que implica 1,565 pesos por tres años; además de un seguro para taxi o transporte público con un promedio de 5,000 pesos. Y si el taxista pertenece a una base, el costo por semana es de 300 pesos, es decir, 1200 al mes.

A los conductores de aplicaciones no les cuesta inscribirse a las plataformas; pero tienen que realizar exámenes previos que les cuestan 580 pesos; se les retiene entre  20 o 25% por comisión y el 16% equivalente al IVA; y no necesitan Licencia Tipo B.

Ante este contexto inequitativo le pedimos al Secretario de Movilidad de la Ciudad de México que reduzca los costos y la tramitología excesiva a los taxistas concesionados y que apueste por implementar mecanismos que garanticen la seguridad para el usuario.  Se deben ejecutar acciones para fomentar la competencia leal y justa teniendo como centro en la toma de decisiones, al usuario. Si las apps han tenido éxito es porque han sido disruptivas, han satisfecho las necesidades del mercado que estaban ahí sin ser vistas. El gobierno debe cumplir una triple función: ser un regulador eficaz, un aliado de quienes proveen un servicio de movilidad necesario para la capital y un garante de la seguridad para los ciudadanos. En el PAN queremos que la movilidad sea uno de los pilares de acción de este gobierno, pero debe serlo con rostro humano, sensibilidad y visión de futuro.

* Presidente de la Junta de Coordinación Política y Coordinador del Grupo Parlamentario del PAN en el Congreso de la CDMX