Un proyecto de fomento a la lectura la pasada administración fue la biblioteca virtual denominada Digitalee. Se trató desde un principio de un servicio totalmente gratuito en el que se podía acceder a clásicos y a obras literarias recién publicadas. Lo mismo Haruki Murakami que liberales mexicanos del siglo XIX;… sí, como Manuel Payno o Vicente Riva Palacio, los liberales a los que AMLO desea promover ahora mediante ediciones en papel a bajo costo.

Digitalee desapareció durante buena parte de 2019, sin explicación oficial, cuando tenía una comunidad que se acercaba a los 35 mil lectores y luego de algo más de tres años de ejecución, aunque sólo los dos últimos había tenido recursos económicos verdaderamente suficientes para comprar los derechos de libros que luego ofrecía a los ciudadanos gratuitamente.

La cifra de lectores inscritos es baja si se considera que México es un país de unos 100 millones de habitantes mayores de 7 años, es decir, de potenciales lectores. No obstante, Digitalee se convirtió en un hito entre los lectores más avezados. El 57 por ciento de sus lectores habituales eran personas con licenciatura o posgrado, esto de acuerdo a datos entregados a Crónica mediante solicitudes de acceso a la información. Los lectores de primaria y secundaria constituían solamente el 13 por ciento de los inscritos, aunque en algunos casos los alumnos proceden de municipios con poco acceso a servicios culturales como Marquelia o Quechultenango, en Guerrero; Cintalapa, Arriega o la Trinitaria, en Chiapas.

Verónica Juárez Campos, bibliotecóloga de la Universidad Nacional y a quien se podría denominar como activista de las lecturas en digital, había documentado en sus redes sociales problemas con la operación de la página y las apps asociadas a Digitalee, al que alababa en lo general, pero en abril del año pasado se llevó una sorpresa que también anunció en internet: “Entre el 23 y 24 de marzo el sitio web dejó de funcionar y cuando se intentaba acceder mandaba error 502 y 404; por su parte, las apps desaparecieron de la tienda de Apple y de Google”, escribió.

Digitalee retiró así, sin mayor explicación, los miles de títulos que podían leerse en cualquier punto del país. Como reportó en estas páginas oportunamente Reyna Paz, la Secretaría de Cultura informó (también vía Acceso a la Información) que “no se encontró ningún documento a través del cual se haya comunicado internamente el fin de operaciones del portal Digitalee. Al respecto, es preciso mencionar que el factor que determinó no dar continuidad a este servicio fue la terminación del contrato con Educal y la imposibilidad de renovarlo debido al costo que implica cubrir las erogaciones del mencionado contrato”.

En julio y agosto, hubo actividades oficiales de la Secretaría de Cultura, a cargo del proyecto, en la que Digitalee fue mencionada, aunque su reapertura no fue anunciada y en los apartados de Compranet del Gobierno Federal no aparece un nuevo contrato para la compra de los derechos de libros virtuales. Aún así y sin aviso oficial, Digitalee regresó a la vida en 2020.

Tiene actualmente una nueva etapa, ya bajo el manto del 4T en el sitio https://digitalee.chef.taxi/

Según los datos que se proporcionaron a Crónica para realizar estadísticas, los 35 mil lectores han generado300 mil movimientos en la biblioteca, es decir, una lectura de 3 libros anuales por lector inscrito.

Faltan datos estadísticos de precisión como tiempo de lectura o la concentración de préstamos en pocos suscriptores, por ahora es posible calcular que el costo por lector en Digitalee es de 62.19 pesos y por lectura es de 6.21 pesos. Una verdadera bicoca para un tema de promoción de la lectura,

Entre los más leído están García Márquez, Roger Bartra, Jose Agustín, Mario Vargas Llosa y se coló Carlos Silva con su libro 101 preguntas de la Historia de México.