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Premura en contratación de médicos deja caos y deficiencias en atención del COVID

El gobierno planeaba contratar en el sexenio 70 mil profesionales para mitigar carencias en el sector salud, llegó COVID y también las prisas; luego han comenzado a aparecer la deserción, la incompetencia, muchas deficiencias y hasta rastro de desfalcos v La idea se incumplió con la oferta de un convenio temporal sin garantías laborales...

Premura en contratación de médicos deja caos y deficiencias en atención del COVID

Premura en contratación de médicos deja caos y deficiencias en atención del COVID

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Primera parte

Deserción, incapacidades irregulares, incompetencia médica, deficiencias en atención, incremento de contagios entre el personal y hasta rastros de desfalco están entre las secuelas por la escasez de médicos, enfermeras y especialistas en el país para atender enfermedades como el COVID y la subsecuente premura con la cual el gobierno federal debió finiquitar contrataciones.

El plan original de la administración lopezobradorista -antes de la pandemia-, el cual fue consultado por este diario, era contratar durante todo el sexenio 70 mil profesionales de la salud para aminorar estas carencias, es decir, 14 mil al año. Sin embargo, tras la llegada inclemente del coronavirus el proyectó se aceleró y se estableció como meta emplear a más de 45 mil en tan sólo unos meses, previa capacitación.

Pese a las convocatorias emergentes y promesas salariales, el ideal se incumplió: de acuerdo con los registros de la Secretaría de Salud, hasta la semana pasada se había logrado contratar a 42 mil. Todavía faltaban 3 mil, aunque el plazo para el cierre de adquisiciones se había vencido ya.

Pero más allá de los huecos laborales, en el inter comenzaron a surgir trabas, desalientos y argucias en detrimento de la atención de enfermos y de la propia estabilidad del personal médico en resistencia.

Uno de los obstáculos para alcanzar el objetivo, fue la oferta temporal: de una plaza de base, o al menos formal, se pasó a un convenio laboral por seis meses…

“En mayo, me llamaron del IMSS”, cuenta el médico Oscar Rodríguez, quien se ha dedicado durante los últimos años a trabajar en un consultorio particular y a cumplir contratos eventuales en el sector público.

“Desde hace cuatro años había metido mi documentación, pero nunca me llamaron. Ahora me dicen: ´Doc, ¿le interesa el Seguro Social?´ Alguien se acordó que tenían papeles guardados de hace mucho tiempo y me contactaron”.

—¿Cuáles son las condiciones?— preguntó él.

—Es para contrato COVID, medio año y ya —le dijeron.

“No había ninguna garantía laboral, me querían contratar para que me fuera a morir. Muchos han retirado sus papeles, ya no les interesa, prefieren quedarse en la consulta privada, conviene más y no se arriesga tanto la vida”.

PASANTES Y EXTRANJEROS. Ante la urgencia, el 24 de abril pasado la 4T recurrió incluso a publicar un Acuerdo en el Diario Oficial de la Federación mediante el cual se establecieron especificaciones extraordinarias para la contratación de personal, de observancia general para las secretarías de Salud federal y estatales, la Defensa Nacional y de Marina, así como para el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), IMSS e ISSSTE.

Ahí, se facultó a estas instancias para contratar pasantes de especialidades médicas quienes “habiendo obtenido durante los años 2019 y 2020 su respectivo diploma… no cuenten aún con cédula profesional o certificado de especialidad (documentos obligatorios según el artículo 81 de la Ley General de Salud)”, exclusivamente por el tiempo de la emergencia sanitaria.

Y para fichar a personal de salud “con formación en el extranjero”, a quienes se debería “otorgar todas las facilidades administrativas y jurídicas para el ingreso y permanencia en territorio nacional, así como para realizar las actividades de cooperación técnica, científica y académica relacionadas con el virus SARS-CoV2”.

Para la enfermera Francisca Martínez, adscrita a la Secretaría de Salud de la CDMX, la estrategia tampoco funcionó: “En los hospitales Enrique Cabrera, Belisario Domínguez y Xoco incorporaron a médicos cubanos supuestamente especialistas en el virus y a quienes les pagaban muy bien, pero no sabían ni tomar un estudio, ni signos vitales. Sirvió para maldita la cosa, gastaron mucho dinero cuando lo que necesitábamos era material”.

DÉFICIT. De acuerdo con los indicadores de la Organización Mundial de la Salud, en 2018 México debió tener 44 profesionales de la salud por cada 10 mil habitantes, pero a ese año sólo se tenían 27 por cada 10 mil. La única entidad por encima de esa referencia era la Ciudad de México. En la lista de estados con mayor rezago -sólo de 18 a 23 trabajadores de la salud por cada 10 mil habitantes- estaban Baja California, Nuevo León, Jalisco, Michoacán, San Luis Potosí, Querétaro, Hidalgo, Estado de México, Puebla, Veracruz y Chiapas.

“Ha existido un déficit estructural en el país: deberíamos de tener 3.4 médicos por cada mil habitantes y no tenemos más de 1.6. También hay un severo problema de distribución del recurso humano: en la Ciudad de México, por ejemplo, hay cinco veces más médicos que en Tuxtla Gutiérrez (Chiapas), donde a su vez hay cuatro veces más médicos que en Las Margaritas (municipio chiapaneco), donde tenemos la misma densidad de personal que en Darfur (oeste de Sudán) o Sri Lanka”, señala Alejandro Svarch, coordinador de formación y reclutamiento de recursos humanos en el Insabi.

Al 2 de abril, cuando se reportaban sólo mil 510 casos confirmados de COVID, ya se tenía una carencia de 2 mil médicos y 12 mil enfermeras “especialistas en el manejo del paciente, soporte ventilatorio e intubación”. Hoy los registros indican alrededor de 195 mil confirmados acumulados y cerca de 25 mil casos activos…

De ahí, la velocidad: conforme a datos de la Secretaría de Salud, para finales de abril ya había 32 mil capacitados —el adiestramiento se hizo vía una plataforma web, y se basó en un modelo de la Escuela Canadiense de Terapia Intensiva y del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán—, listos para la contratación…

“En algunos casos la capacitación sólo fue de dientes para afuera. A nosotros nos mandaron cuatro médicos, pero sabían muy poco de prevención de infecciones, reconversión hospitalaria, manejo técnico de ventiladores o del paciente crítico. Aquí los fuimos capacitando nosotros, porque los mandaron a la guerra sin fusil”, cuenta la enfermera Martínez Maya, del Hospital Gregorio Salas.

Aunque las autoridades prometieron salarios similares a las de instituciones públicas, en algunas entidades como en el Estado de México se ofrecieron sueldos menores…

“Gano entre 14 y 15 mil pesos al mes, pero a las nuevas les estaban pagando entre 8 y 10 mil; algunas decían: mejor me quedo en mi casa, mejor me pongo a vender papitas”, narra Rocío Ortiz, enfermera de la Secretaría de Salud mexiquense.

Según el doctor Omar Ramírez, también adscrito al Edomex, “hubo quien metió sus documentos y lo contrataron rápido, pero no es lo mismo estar en un consultorio de la esquina que en el trajín hospitalario: muchos de los nuevos no tenían esa visión ni estaban listos para una enfermedad tan desconocida, con síntomas irregulares y diferentes en cada paciente”.

Vinieron entonces deserciones y renuncias, las historias por contar…

LOS DATOS

● Siete estados con 30 a 62 profesionales de la salud por cada 10 mil habitantes: Baja California Sur, Sonora, Aguascalientes, Colima, CDMX, Guerrero y Campeche.*

● Catorce estados con 24 a 29 profesionales de la salud por cada 10 mil habitantes: Yucatán, Quintana Roo, Tabasco, Oaxaca, Tlaxcala, Morelos, Guanajuato, Tamaulipas, Coahuila, Chihuahua, Sinaloa, Durango, Nayarit y Zacatecas.*

● Cinco estados con 15 a 24 médicos generales y especialistas por cada 10 mil habitantes: Colima, Aguascalientes, CDMX, Baja California y Campeche.*

● Trece estados con 12 a 14 médicos generales y especialistas por cada 10 mil habitantes: Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Sinaloa, Durango, Zacatecas, Nayarit, Morelos, Tlaxcala, Guerrero, Tabasco y Yucatán.

● Catorce estados con 8 a 11 médicos generales y especialistas por cada 10 mil habitantes: BCN, Nuevo León, Jalisco, Michoacán, SLP, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Edomex, Puebla, Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Quintana Roo.

Fuente: Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud

*Incluye médicos, especialistas y enfermeros en contacto con pacientes, de instituciones públicas.

Profesionales con mayor déficit

◗ Infectólogos

◗ Personal de medicina crítica

◗ Especialistas en terapia intensiva

◗ Inhaloterapeutas

◗ ,Neumólogos

◗ Anestesiólogos

◗ Especialistas en urgencias y medicina interna

◗ Enfermeros especialistas en terapia intensiva e inhaloterapia