Cultura

Prepara el MNA exposición sobre Visión de Anáhuac, de Alfonso Reyes

REVISIÓN. “Me contactó Antonio Saborit, director del museo, él pidió a la Capilla Alfonsina muchos objetos: un par de retratos de Alfonso Reyes, algunas ediciones de Visión de Anáhuac como la primera publicada en Costa Rica, una edición miniatura ilustrada por Diego Rivera con los murales de Palacio Nacional y una colección de soldaditos de plomo sobre la Conquista”, comenta Javier Garciadiego.

REVISIÓN. “Me contactó Antonio Saborit, director del museo, él pidió a la Capilla Alfonsina muchos objetos: un par de retratos de Alfonso Reyes, algunas ediciones de Visión de Anáhuac como la primera publicada en Costa Rica, una edición miniatura ilustrada por Diego Rivera con los murales de Palacio Nacional y una colección de soldaditos de plomo sobre la Conquista”, comenta Javier Garciadiego.

Prepara el MNA exposición sobre Visión de Anáhuac, de Alfonso Reyes

Prepara el MNA exposición sobre Visión de Anáhuac, de Alfonso Reyes

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Visión de Anáhuac de Alfonso Reyes (1889-1959) es un libro que describe cómo los españoles vieron la Ciudad de México-Tenochtitlan en 1519, habla de la diversidad de aves, de la venta de oro, de la abundancia de hierbas medicinales y de la grandeza de los mercados, pero sobre todo es un libro que advierte la desecación de la capital mexica.

En entrevista, Javier Garciadiego Dantán, director de la Capilla Alfonsina y miembro de El Colegio Nacional, señala que a propósito de esta obra y de los 500 años del arribo de los españoles al país, el Museo Nacional de Antropología alista una exposición sobre la mirada de Reyes.

“Quien me contactó fue Antonio Saborit, director del museo, él pidió a la Capilla Alfonsina muchos objetos: un par de retratos de Alfonso Reyes, algunas ediciones de Visión de Anáhuac como la primera publicada en Costa Rica, una edición miniatura ilustrada por Diego Rivera con los murales de Palacio Nacional y una colección de soldaditos de plomo sobre la Conquista”, comenta el historiador.

Alfonso Reyes tuvo una colección de soldados que mandó a hacer en Francia en los años 20 del siglo XX.

“Parece que esa afición por los soldaditos de plomo le llegó de su padre que era un hombre castrense y también provenía de su amigo, el escritor Valery Larbaud, y parece ser que Díez-Canedo adoptó también ese hobby. Los que coleccionó Reyes son soldaditos españoles y aztecas”, señala el director de la Academia Mexicana de la Historia.

¿Por qué es importante releer Visión de Anáhuac?, se le pregunta. “Porque refleja perfectamente la efeméride que conmemoramos, la Conquista sucedió hasta 1521 pero en ese libro está el asombro de los españoles al ver el valle espléndido con sus montañas y volcanes”, responde.

Reyes siempre fue un escritor preocupado por la naturaleza, agrega Garciadiego.

“Tiene dos textos juveniles relacionados con la naturaleza y particularmente con la flor, el primero es una conferencia sobre los poemas rústicos de Manuel José Othón y el segundo es una conferencia sobre el paisaje en la literatura mexicana del siglo XIX”, detalla.

En la conferencia sobre el paisaje en la literatura mexicana del siglo XIX, el autor mexicano retomó algunas páginas para Visión de Anáhuac.

“Reyes no se detiene en la descripción de la naturaleza, de la flor, de los bosques o de las montañas, siempre tuvo una conciencia ecológica y no sólo por el epígrafe Viajero: has llegado a la región más transparente, sino por varios textos en donde dice que nos estamos cerrando el futuro, que estamos haciendo una región desértica, que estamos desecando la ciudad, la estamos deforestando, le estamos quitando el agua. Reyes lo advirtió desde 1915”, dijo.

La consciencia del autor mexicano por los problemas ecológicos los plasmó en 1941 cuando escribió un artículo para el periódico El Nacional donde habló de la llegada de las lluvias a la capital.

“Está desesperando de que México se estuviera desertizando. Luego escribió un texto más largo: Palinodia del polvo, donde llama la atención del crimen ecológico que estaba teniendo o que ya había tenido el valle. Esto lo escribió a su regreso a México y se preguntó ¿qué han hecho de su alto valle que ahora tiene color pinole?”.

FLOR. En Visión de Anáhuac Reyes escribió: “si las flores de los jardines eran el adorno de los dioses y de los hombres, al par que motivo sutilizado desde las artes plásticas y jeroglíficas, tampoco podían faltar en la poesía".

— ¿Por qué Reyes se interesó por la flor?

— Porque está en la Naturaleza de la labor poética y porque no se puede entender la cultura prehispánica sin la cultura de la flor, sin esa predilección de los mexicanos antes de la llegada de los españoles por la flor en general. Está asociada la flor a la poesía prehispánica y ahí Reyes cumplió con esa tradición.

— Cuando Reyes escribió esta obra, ¿había traducciones de poesía náhuatl?

— No se había descubierto todavía la poesía prehispánica. Él trabajó en la Biblioteca Nacional pero la recuperación de la poesía náhuatl es una labor del siglo XX mexicano, me refiero al padre Garibay y a Miguel León-Portilla como los traductores y recuperadores de esa poesía.

— En Visión de Anáhuac, ­Reyes ya habla de dos culturas que se ­mezclaron…

— En términos históricos es evidente que el México que surgió en el siglo XVI temprano y que se fue conformando a lo largo de los siglos, no es ni la herencia que nos dejaron los españoles ni la sobrevivencia del mundo indígena. Es una mescolanza fascinante. México no es lo que sobrevivió del Anáhuac ni lo que nos regalaron los españoles. Somos una entidad diferente.

► Visión de Anáhuac se publicó en Costa Rica en 1917, después en 1923 en España y fue hasta la década de los 50 del siglo pasado que se conoció en México y desde entonces es uno de los éxitos editoriales de Alfonso Reyes.