Con el objetivo de promover el respeto a la diversidad religiosa y favorecer relaciones de cooperación para la construcción de paz, el gobierno de México presentó la “Estrategia Nacional para la Promoción del Respeto y la Tolerancia a la Diversidad Religiosa: Creamos La Paz".

Entre los objetivos del plan que deberán trabajar los tres órdenes de gobierno, en colaboración con la sociedad civil y grupos religiosos, está conocer la diversidad, identificar identidades culturales religiosas, promover relaciones armónicas, así como favorecer espacios y relaciones de cooperación.

En el marco del Día Internacional de la Paz, la subsecretaria de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos, Diana Álvarez Maury, señaló que con los cambios en la demografía religiosa surgen intolerancias que generan discriminación, desplazamiento y vulneración a los derechos humanos.

Mencionó que algunas de estas intolerancias religiosas se han mostrado en algunas zonas de Chiapas, por lo que es necesario “privilegiar todos los métodos que son pacíficos para la solución de conflictos”.

Durante la presentación en el Museo de Memoria y Tolerancia expuso que en 1985, la población que tenía una religión distinta a la católica representaba menos del 1.0 por ciento en México, mientras que para el 2000 las personas que profesan una religión distinta a la mayoritaria aumentaron a casi 12 por ciento.

La funcionaria de la Secretaría de Gobernación (Segob) agregó que en el último censo elaborado en 2010 se registró a menos del 83 por ciento de una población católica y 5.0 por ciento de no creyentes.

Abundó que de acuerdo con el Sistema Nacional de Información sobre Discriminación, 32 por ciento de los grupos religiosos señala que ha padecido falta de respeto a sus costumbres y tradiciones; 14 por ciento la falta de oportunidades para mostrar sus creencias a la sociedad; otro 14 por ciento refirió desigualdad de trato en el trabajo o la escuela y 11 por ciento dijo ser rechazado o aislado por la sociedad.

Aclaró que la colaboración que se alcance con los distintos sectores de la sociedad y gobierno para impulsar la construcción de paz no irá en detrimento de la laicidad del Estado; “estamos convencidos de que el Estado laico al no tener preferencia por religión alguna, sino un respeto irrestricto por cada una de ellas, puede ser el mejor garante de una libertad religiosa que sea igual para todos”.

Por su parte, la presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), Alexandra Haas Paciuc, recalcó que la paz no sólo es la ausencia del conflicto, ya que se requiere un "piso mínimo" de garantías, derechos y espacios para acceder a reglas claras que permitan coexistir.

En ese sentido, puntualizó que el Estado laico debe permitir la expresión mínima digna y libre de todas las posturas y creencias en un marco de respeto a los derechos de todas las personas.

En tanto, el obispo Carlos Garfias Merlos, vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, dijo que para consolidar la paz en el país la iglesia católica ha planteado cinco ejes: la oración; fomentar ambientes y lenguajes pacíficos; crear vínculos específicos con autoridades; formación y capacitación para la resolución de conflictos, y atención integral a las víctimas de la violencia.

havh