PRESIDENTE LÓPEZ OBRADOR:

+Por nuestras cárceles, tan solo los multiplicamos y los empeoramos

Piotr Kropotkin

CIUDAD DE MÉXICO.- Le aseguro, presidente López Obrador, que el país quiere creer en usted y en lo que desde siempre usted le ha prometido.., pero necesita una prueba clara de que, como lo ha repetido una y otra y otra vez, va a combatir la corrupción y a acabar con  la impunidad.

Este último punto del párrafo anterior: la impunidad, es la clave de todo entre usted y —como suele usted llamarnos— el pueblo. Usted necesita romper en pedazos la impunidad y sólo tiene una forma de lograrlo:

Abra, presidente López Obrador, las cárceles del país; límpielas de presos inocentes víctimas de la perversidad y llénelas, pero hasta el tope, con los verdaderos delincuentes que el país sufre porque casi, casi todos están libres y han ocupado múltiples oficinas de gobierno e instituciones políticas de todas las tendencias ideológicas, menos de la principal, que es la honestidad.

Usted conoce, como casi todos los conocemos, a la inmensa mayoría de ellos; y de los que no tiene noticia clara, pronto puede hacerse de la información completa.

Pero no pienso en que meta usted tras las rejas a todos nuestros delincuentes de golpe y porrazo, porque podría incurrir en errores que muchos interpretarían como venganzas de su parte y eso mancharía de odio su conducta, que necesitamos recta y clara, sobre todo en los temas de esta entrega. Ha dicho usted que no pretende denunciar a todos los bribones de las últimas administraciones de gobierno. ¡Pero es que son los peores, Presidente! Si no procede con éstos y con muchos otros de gobiernos más lejanos en el tiempo, ¿contra quiénes pretendería actuar...?

Incluso, creo que cuando su gobierno comenzara a abrir expedientes y los juzgados iniciaran algunos procesos, se provocaría un éxodo de desesperados que buscarían la protección de la distancia, como si ésta se divorciara tan fácil de la justicia. Incluso si algunos lograran escabullirse, tenga usted la seguridad de que vivirán una pesadilla eterna, provocada en gran medida por la actitud de muchos que les rodearan porque muchas veces ni las cirugías faciales son máscaras protectoras, como tampoco los pasaportes falsos ni los disfraces profesionales, tarde que temprano se resbala por ahí, como sin querer, alguna fotografía de un viejo periódico que se vuelve objeto de escándalo y la vida de aquél que es identificado con su verdadera personalidad recibe la condena de convertirse en un apestado…

Así las cosas, usted tiene por delante la posibilidad de generar una suerte de limpia social, económica y política en el país que alcanzaría hasta aquéllos cuyas culpas pudieran resultar insuficientes para terminar en una cárcel; para quedarse a la mitad del camino, entre los años de vino, rosas y poder desmoronados, y el resto de la vida, señalados por dedos flamígeros y despectivos que sentirán como flechas disparadas a sus espaldas, en cantidad tal que las volverán jorobas…

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