Cultura

Publican parte de La ciudad secreta, la novela inédita de Emilio Carballido

Edición. El fragmento es parte del libro Emilio Carballido, coordinado por Héctor Herrera y Socorro Merlín, que además ofrece una parte del guion original de la cinta Macario y más de 40 imágenes del dramaturgo y Premio Nacional de Ciencias y Artes de Lingüística y Literatura 1996

Edición. El fragmento es parte del libro Emilio Carballido, coordinado por Héctor Herrera y Socorro Merlín, que además ofrece una parte del guion original de la cinta Macario y más de 40 imágenes del dramaturgo y Premio Nacional de Ciencias y Artes de Lingüística y Literatura 1996

Publican parte de La ciudad secreta, la novela inédita de Emilio Carballido

Publican parte de La ciudad secreta, la novela inédita de Emilio Carballido

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La ciudad secreta es una novela iné­dita del escritor Emilio Carballido (Veracruz, 1925-2008) y un fragmento de ésta se incluye en el libro Emilio Carballido, coordinado por Héctor Herrera y Socorro Merlín. Además, el título editado por el Instituto Veracruzano de la Cultura muestra parte del guion original de la película Macario y más de 40 imágenes del Premio Nacional de Ciencias y Artes de Lingüística y Literatura 1996.

El libro de la Colección Veracruz Universal es un recorrido por la obra de uno de los dramaturgos más importantes del país del siglo XX, por ello, reúne cartas, ensayos, entrevistas y testimonios de autores que fueron amigos o admiradores de Carballido, es el caso de Selma Ancira, Rosario Castellanos, Juan Villoro y Luis Mario Moncada.

Crónica presenta una entrevista con Héctor Herrera, coautor del libro, editor de Tramoya —revista más antigua de teatro en América Latina— y director del Festival Emilio Carballido, fiesta teatral que se celebra de manera anual en Córdoba, Veracruz, y que este año —su undécima edición— no contó con el apoyo de la Secretaría de Cultura federal.

NOVELA INÉDITA. “El libro contiene testimonios de escritores, directores de teatro e investigadores. Hay textos de Christopher Domínguez, Rosario Castellanos, Sabina Berman, Víctor Hugo Rascón Banda, Selma Ancira. La idea es dar a conocer no sólo el Emilio Carballido dramaturgo, sino también sus otras facetas de guionista, novelista y escritor de cuentos para niños”, comenta Héctor Herrera.

Emilio Carballido se divide en nueve capítulos, entre ellos, obra dramática, narrativa, guion cinematográfico, testimonios, entrevistas, cronología de su vida y una sección de fotografías con sus amigos, reproducción de los carteles de sus obras, manuscritos, portadas de Tramoya y retratos que le hicieron diversos artistas.

“En la parte final del libro hay más de 40 páginas de iconografía que son de su familia, de sus viajes, pósters de sus montajes fuera de México, portadas de sus libros, su máquina de escribir, una fotografía de Salvador Novo dedicada a Emilio y otra que le dedicó el actor Toshiro Mifune”, destaca Héctor Herrera.

En esa iconografía también se aprecian los retratos de Carballido hechos por la veracruzana Leticia Tarragó, el cubano Posada, la artista plástica Marta Palau y el pintor holandés Theo Bitter. De los manuscritos destacan: El relojero de Córdoba, La danza que sueña la tortuga y Los huéspedes.

Otra de las joyas que reúne el libro es un fragmento de la novela inédita: La ciudad secreta, que inicia con el día a día de un maestro de literatura que tiene un grupo de estudiantes entre 16 y 62 años, quienes desean aprender sobre autores en español sin “tener la remota” idea de historia “de algún sitio del globo terráqueo”.

“Publicamos parte de una novela inédita para apoyar la parte de la obra narrativa de Carballido aunque por la cantidad de obras de teatro que escribió, es más conocido como dramaturgo; pero también hizo novelas y más de 60 guiones de cine, incluso el Ariel de Oro se lo otorgaron por toda una carrera y no por una sola película”, comenta Herrera.

—La novela inédita que menciona, ¿la concluyó Carballido?

—Es una novela que está en desorden, que ya no pudimos trabajar con Emilio, pero habrá que revisarla porque la queremos publicar. En algún momento pensé que estaba incompleta pero no, sólo está en desorden, la encontramos en varias libretas, estaba separada.

“Hay que leerla y formarla para que tenga una coherencia. Es una novela muy curiosa porque sucede en varios países: India, Grecia y México”, responde.

Héctor Herrera también incluyó un fragmento mecanografiado del guion original de Macario (1960). “Lo publicamos porque fue la primera película mexicana nominada al Óscar como mejor película extranjera y en ese tiempo era bastante complicado figurar en ese certamen”.

El editor comenta que en el capítulo de Obra narrativa decidieron reproducir el cuento infantil: El niño que no existía.

“Emilio escribió muchos cuentos, están publicados en el FCE y son muy divertidos porque el maestro tenía un gran sentido del humor. En específico, este cuento narra la historia de un niño que no tiene acta de nacimiento, entonces se empieza a borrar”, platica.

La decisión de publicar El niño que no existía, añade, fue por su impacto a nivel mundial.

“Es una obra muy curiosa que le encargó el Registro Civil de Veracruz a Carballido precisamente para hacer una campaña de que los padres registraran a sus hijos porque había un alto porcentaje de familias que no lo hacían. Después fue extendiéndose el programa y se lo llevó UNICEF a Centroamérica, entonces el cuento se volvió obra de teatro”, narra Herrera.

HUMILDAD. El libro Emilio Carballido inicia con una carta escrita por la reconocida traductora Selma Ancira (México, 1956), a quien, páginas más adelante, se le ve en una foto con el dramaturgo en la Ciudad de México.

En esa misiva, que simula la escritura de Lev Tolstoi, la ganadora del Premio de Traducción Literaria Tomas Segovia 2012 destaca la sencillez de Carballido:

“En sus piezas dramáticas, en sus novelas, en sus cuentos, encuentro la cualidad que más ­valoro en la literatura: la sencillez. Esa sencillez que es una gran virtud —y muy difícil de conseguir—, pero que es, al mismo tiempo, la condición indispensable de lo grande, de lo auténticamente bello”.

En sus obras, añade Ancira, “no hay rebuscamiento —tan de moda entre los escritores contemporáneos—, hay una actitud vital que empapa cada una de sus páginas y hace de ellas verdaderas obras de arte”.

Después, la publicación continúa con un prólogo de Socorro Merlín, investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli (Citru) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

La experta en historia del teatro en México del siglo XX aporta datos biográficos de Carballido, por ejemplo que en 1946 escribió su primera obra: Los dos mundos de Alberta y que en la Facultad de Filosofía y Letras tuvo como maestros a Rodolfo Usigli y a Fernando Wagner.

Merlín detalla que algunos de los compañeros de clases de Carballido fueron Rosario Castellanos, Luisa Josefina Hernández, Sergio Magaña y Jaime Sabines.

Un momento importante en la obra del escritor mexicano fue el estreno de Rosalba y Los Llaveros en 1950 porque se presentó en el Palacio Bellas Artes bajo la dirección de Salvador Novo, y ese mismo año fue becario del Instituto Rockefeller en Nueva York.

Emilio Carballido fue subdirector de la Escuela de Teatro de la Universidad Veracruzana, supervisó el aspecto literario del Ballet Nacional de México con el que realizó una gira a Europa, China y la entonces Unión Soviética en 1957.

“Fue director de la Escuela de Arte Teatral del INBA y maestro del Taller de Teatro del Instituto Politécnico Nacional, en donde escribió su famosa Carpintería teatral para sus alumnos que querían iniciarse en la dramaturgia”, detalla la investigadora.

De acuerdo con Socorro Merlín, las obras más representadas de Carballido en el extranjero son: Yo también hablo de la rosa, Orinoco, Rosa de dos aromas, Te juro, Juana, que tengo ganas.

TRAMOYA. La revista de teatro más antigua de América Latina es Tramoya, la fundó Emilio Carballido en 1975 y su edición continúa gracias al apoyo de la Universidad Veracruzana (UV) y a la dedicación de Héctor Herrera. En el 2020 esta publicación cumplirá 45 años de existencia.

“Emilio propuso hacer una revista de teatro porque se encontró con que a las editoriales no les interesaba publicar teatro, entonces el eje principal de la revista es darle difusión a las obras de teatro. La revista cumplirá 45 años pero a pesar de lo difícil que es la continuidad de una publicación, la UV sigue apoyándonos”, comenta el editor Héctor Herrera.

—¿Aún el teatro es un género poco publicado?

—El teatro ha cambiado pero no mucha gente está interesada en el teatro, me he enfrentado con la situación de que dicen que el teatro no se puede leer, nosotros siempre hemos dicho que sí. Pero debería haber más interés en la lectura del teatro.

El también director del Festival Emilio Carballido señala que Tramoya tiene un tiraje de mil ejemplares, cuatro números al año y se distribuye en festivales, muestras de teatro estatales y en las ferias de libros.

—¿Cómo seleccionan las obras a publicar?

—Hay un consejo editorial y de acuerdo al tema, con un especialista empezamos a hacer nuestra selección pero buscamos obras que se puedan montar, llevar a escena, ésa es la finalidad desde que empezó Tramoya. La revista ha publicado más de 600 obras y 50 traducciones.

“Emilio cuidó publicar autores poco conocidos y no traducidos. Buscó el rescate de dramaturgos en el olvido, por ejemplo, tenemos un número dedicado a pastorelas e incluimos tanto del siglo XV como actuales, algunas escritas en verso. Hay números dedicados a Bolivia, Ecuador, Chile, Argentina y Colombia, hemos hecho énfasis en el teatro latinoamericano que poco conocemos”, enfatiza.

Sobre Tramoya, Selma Ancira escribió: “Una revista que no pretende probar nada, que no quiere enterarse de las exigencias del público. Que no busca el éxito cuantitativo. Que no cede a los gustos del público y que se ha convertido, osadamente, en el maestro del público en cuestión del gusto, y no sólo del gusto. Que haya usted logrado despertar y conservar el interés de los lectores por un género literario tan poco favorecido como el teatro es digno del más grande encomio”.