El presidente de Rusia, Vladimir Putin, abordó la situación en Venezuela durante su visita oficial a Italia y al Vaticano, coincidiendo con el demoledor informe de la ONU sobre los crímenes del régimen de Nicolás Maduro.

Pero las palabras del ruso no eran para criticar al gobierno de su aliado Maduro, sino para burlarse de la legitimidad de Juan Guaidó.

Putin recordó que Guaidó “levantó sus ojos al cielo” el pasado 23 de enero y, dirigiéndose a Dios, se autoproclamó presidente encargado” de Venezuela. “Pero Dios no nos comunicó cuál fue su reacción a este mensaje, no nos dio ninguna señal, por eso creo que debemos volver a esta tierra pasajera y llena de pecados y guiarnos por los procedimientos democráticos”, aseveró el mandatario ruso, quien no tiene problemas en codearse con dictadores, como el chino Xi Jinping o el sirio Bachar al Asad.

Putin, quien recientemente envió aviones militares a Venezuela, hijo notar que le preocupa “la interferencia en los problemas internos venezolanos y la presión externa, que empeora la situación de los ciudadanos de Venezuela”. “Es inaceptable no sólo la intervención militar —que debería ser absolutamente excluida—, sino también cualquier injerencia en la vida política nacional”, precisó.