Opinión

QB colegiales, esas joyas engañosas del Draft

QB colegiales, esas joyas engañosas del Draft

QB colegiales, esas joyas engañosas del Draft

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Cuanto más se acerca el Draft de la NFL más crece la curiosidad por saber quién será la primera selección global del año. Los seguidores del equipo que recluta en primer lugar, es decir, aquel que terminó como último en la temporada, sueñan con la elección de un quarterback que haga el milagro de sacarlos del sótano. Y aunque llevan mucho de razón en su deseo, no siempre es el remedio mágico a todos sus males, y para muestra basta un simple pero curioso recuento de los últimos 20 años en que precisamente eso hicieron los gerentes generales del equipo que debió seleccionar en primer lugar general.

Algunos tuvieron buenas temporadas, la mayoría ilusionados, los menos alcanzaron la postemporada y hasta algún Super Bowl y otros de plano fueron el hazme reír tras reclutar a un verdadero costal que nada hizo en el campo.

Lo anterior surge de la cada vez más acalorada discusión sobre si los Bengalíes de Cincinnati deben o no tomar a Joe Burrow, ex mariscal estrella de LSU, quien no sólo ganó el Trofeo Heisman al mejor jugador colegial del año, sino que además llevó a los Tigres a obtener el título Colegial al apabullar al favorito conjunto de Clemson.

Los expertos se debaten en el tema. ¿Es Burrow la salvación y el futuro para un equipo de imagen y cultura perdedora como los Bengalíes o sólo la chispa de un año fenomenal que lo llevó a tener la mejor temporada de un pasador en la historia del futbol americano colegial en Estados Unidos?

A simple vista no hay mucho que pensar, él es el indicado en una ofensiva que parece sólo carecer de la bujía tras el centro en la línea. Andy Dalton luce estancado en la posición y la dupla de un entrenador joven y enjundioso como Zac Taylor con un quarterback recién desempacado de la NCAA sería, de acuerdo a la lógica, la mejor fórmula para tratar de encender a unos apagados Bengalíes en muchos años.

NO TODO LO QUE BRILLA. Sin embargo, dejemos que la historia y no la especulación, analice lo que podría suceder. En los últimos 20 años, es decir, desde el Draft del 2001 al 2019, han sido elegidos 14 pasadores como la esperada primera selección global. Cada uno de ellos llegó, al igual que Burrow, con una meta muy alta: hacer ganador a un equipo perdedor. No hay que ser tan iluso como para creer que esperaban otra cosa de él, ni la gerencia, ni el staff de coacheo ni los aficionados.

De esos 14 prometedores jugadores en la posición más importante de este deporte, el balance final no es tan satisfactorio si se toma en cuenta lo que prometían sus cartas credenciales.

Sólo tres llegaron a disputar juegos de Super Bowl, sólo uno lo ganó, los demás, los otros 11 no dejaron de ser o son promesas, electrizantes shows que brindaron emoción sin tantas glorias, jugadores promedio, sólo promesas o varios de ellos verdaderos fracasos.

Comencemos por los que disputaron el Trofeo Vince Lombardi, sólo tres. Eli Manning llegó en 2004 a los Gigantes de Nueva York de la Universidad de Mississippi. Ganó dos títulos, las ediciones XLII y XLVI, logros más que suficientes para ser el mejor pasador elegido como primero global en las últimas dos décadas. Esta retirado.

En 2011 las Panteras de Carolina tomaron a Cameron Newton de Auburn, quien los llevó hasta el Super Bowl 50, donde perdió. Hoy está fuera del equipo y aún nadie lo ha reclamado. En 2016 lo mismo sucedió con Jared Goff de la Universidad de California al llegar a los Carneros de Los Angeles; sin ser un super dotado disputó el SB LIII y poco pudo hacer. La temporada anterior jugó por debajo del nivel de aquella temporada del 2018.

En el Draft de 2001 llegó quizá el quarterback más electrizante que haya pisado la NFL, por su manera de eludir rivales y hacer grandes jugadas personales: Michael Vick, de Virginia Tech. Saboreó los playoff dirigiendo a Atlanta y Filadelfia, pero no logró trascender como se esperaba de su inigualable forma de jugar. Está retirado.

Carson Palmer fue otro diamante que no logró pulirse tras llegar a los Bengalíes de Cincinnati en 2003. Justo en su mejor momento en los playoffs del 2006 los Acereros lo lesionaron y jamás recupero su nivel. Más tarde pasó desapercibido con Oakland y revivió su carrera al final de la misma con Arizona, donde alcanzó una postemporada para poner fin a su trayectoria.

Poco antes de celebrarse el reclutamiento del 2005, los 49ers de San Francisco se debatían entre llevarse a Aaron Rodgers de California o Alex Smith de Utah como la primera selección global del Draft. Nunca sabremos la razón final, pero se inclinaron por Smith, quien sólo tuvo una temporada de playoff con los Gambusinos antes de ser mandado a la banca y posteriormente cambiado a Kansas City, mientras Rodgers se convertía en uno de los mejores quarterbacks de la NFL. Smith, hoy con Washington, parece ya no figurar en los planes de los Pieles Rojas.

DECEPCIONES Y FRACASOS. Antes de pasar a los fracasos, hagamos una pausa en las decepciones, y no precisamente por su nivel de juego. Nos referimos a Andrew Luck, considerado un jugador de época, de esos mariscales que se dan cada 20 años. Elegido por los Potros de Indianápolis en 2012 para tomar el lugar de Peyton Manning (quien incluso recomendó su elección), Luck mostró con creces su valía con calidad y apariciones constantes en playoffs, sin embargo, con tan sólo 29 años decidió retirarse fastidiado de lidiar con lesiones y procesos de recuperación. A la fecha, Indianápolis y algunos otros equipos esperan que en algún momento se arrepienta y regrese.

Finalmente pasemos a los fracasos, algunos de ellos monumentales. Para muchos decir que Matthew Stafford ha sido un fracaso con los Leones de Detroit desde que lo reclutaron en 2009 procedente de Georgia parecería exagerado por sus grandes números, pero siendo objetivo preguntemos ¿qué ha ganado en 11 años, a no ser su contrato de más de 100 mdd? Nada.

En 2002 la naciente franquicia de los Texanos de Houston hicieron del quarterback David Carr (hermano de Dereck Carr, actual mariscal de los Raiders) la primera selección global. Su dinamismo no fue suficiente y después de cinco temporadas salió del conjunto y se volvió un trota equipos. Hoy es analista de NFL Network.

En una desesperada reconstrucción, los Carneros de Los Angeles pensaron que en Sam Bradford estaba su primera piedra para cimentar su trabajo. Fue el año 2010, Bradford llegó de Oklahoma con buenos números pero un historial de lesiones que al final jamás le permitieron despegar. Era un mariscal de cristal que poco o nada hizo en la NFL. Ni con Los Angeles ni con Filadelfia, Minnesota o Arizona pudo jamás tener una campaña con récord ganador en nueve años de carrera.

Llegado el reclutamiento colegial del 2015, los Bucaneros de Tampa Bay confiaron su destino a un joven Jameis Winston, ganador del Heisman y con un envidiable récord de 26-1 como titular en Florida State. Después de cinco años, Winston no terminó de madurar como se esperaba, pues no le perdonan las 30 intercepciones que tuvo en 2019 a pesar de lanzar para más de 5 mil yardas y 30 anotaciones. Actualmente busca acomodo en algún equipo sin éxito.

PARA EL OLVIDO. Por último, para muchos el más grande fiasco de la historia en la posición se llama JaMarcus Russell, un quarterback de talla impresionante con un brazo de lanza misiles procedente de LSU. Hubiese sido un error no reclutarlo si se tenía la posibilidad de hacerlo en el Draft de 2007 y los Raiders de Oakland se lo llevaron para levantar a la franquicia. A los pocos meses la realidad lo alcanzó. Su poco compromiso y su bajísimo nivel de juego lo pusieron muy rápido fuera de combate, al grado de que jamás pudo siquiera rebasar el 55 por ciento de pases completos. Sólo duró tres años en la Liga antes de aceptar que había perdido interés. Lo más decepcionante fue cuando trascendió que se quedaba dormido en las juntas de análisis de video. El desastre administrativo fue colosal para la oficina de los Raiders, ya que al rescindir su contrato de 60 mdd por seis años, 32 mdd eran garantizados, así que Russell sin mostrar nada se fue con su buena cuenta bancaria y su vida resuelta.

Actualmente destacan dos buenos mariscales en esta lista de los primeros globales, los últimos dos elegidos en los más recientes Drafts, Baker Mayfield (2018) y Kyler Murray (2019). Mayfield tiene talento de sobra, sólo necesita un mentor de verdad, no el chiste de entrenador que tuvo en 2019 con Freddie Kitchens. Se espera que Kevin Stefanski lo sea al ser un coach ofensivo con experiencia.

De Murray baste decir que su primera temporada fue un éxito al ser nombrado Novato Ofensivo del Año bajo la batuta de otro joven entrenador talentoso, Kilff Kingsbury. Ambos pasadores son aún promesas, pero lucen en el camino correcto.

fernando.argueta1967@gmail.com