Opinión

Queridos Reyes Magos

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La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Como cada inicio de año, vuelve la oportunidad de escribirles una carta donde plasmar nuestros mejores deseos para la industria. En algunos casos seremos reiterativos, insistentes en otros y urgiéndoles en aquellos que ya no pueden esperar.

Hay que insistir en que se entienda y se trate a la aviación como lo que es: una industria de alta especialización pero con una estructura delicada. Sabemos cuán sensible es el transporte aéreo a factores como el crecimiento económico y el costo del combustible, la falta de infraestructura eficiente o de políticas públicas que promuevan la competitvidad de nuestra industria nacional, elementos que cuidan todos los países del mundo precisamente porque saben lo importante que es el transporte aéreo en generación de empleos y apuntalamiento de turismo y comercio.

Este año iniciamos con un reto grande en el combustible por los problemas del Oriente Medio (que ustedes conocerán mejor), pero sin duda este factor puede afectar el buen desempeño de las finanzas de las aerolíneas.

Por eso, hay que reiterar que este 2020, entre su regalos se encuentre la tan anhelada política de Estado de largo plazo en materia de transporte aéreo y de industria aeronáutica y aeroespacial. (Ya entrados en gastos y si lo van a conceder, pidamos de una vez todo completo para que una industria apoye a la otra).

La insistencia no es mera retórica: el transporte aéreo es esencial para que un país se desenvuelva en el mundo y la industria aeronáutica y aeroespacial es un sector de rápido y sólido crecimiento en el que México está probando destacar y que puede convertirse en un motor de desarrollo industrial y tecnológico como pocos. ¿Queremos empleo de alta calidad y bien remunerado? ¿Queremos inversiones? ¿Queremos independencia y solidez económica? Pues aquí están un formidable par de motores para impulsar todo ello.

Entre las cosas que urgen, y que se relacionan directamente con el punto anterior, está lo que se deriva de una política pública en la vida cotidiana: fortalecimiento de la autoridad aeronáutica, tener procesos y procedimientos muy claros y seguros —un primer paso fue la creación de la AFAC, pero a eso debe seguirle todo un esfuerzo institucional— con objeto de tener áreas de licencias, vigilancia y supervisión muy bien pertrechados; un departamento de investigación de accidentes muy fuerte y autónomo; y apoyar la especificidad de la medicina de aviación, sin olvidar regular los drones.

Es necesario pensar bien en la infraestructura aeroportuaria para el largo plazo; revaluar la educación técnico-aeronáutica; sumar a todos los actores de la industria en las decisiones que la afecten para aprovechar a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), de la cual México es fundador; a la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), a la que pertenecen varias de nuestras aerolíneas; al Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI), en el que participan nuestras terminales aéreas y a los organismos gremiales y profesionales (Colegios, Asociaciones y Sindicatos). Nadie puede solo. ¡Ah! Y no olvidemos a nuestra querida Mexicana, que cumple ya una década esperando solución.

Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables, resarcirle a los trabajadores su patrimonio y dejar de culparlos por el quebranto.raviles­_2@prodigy.net.mx
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