En Quintana Roo las autoridades barajan con seriedad la posibilidad de meter reversa en el proceso de reapertura ante el aumento de contagios y defunciones por el coronavirus. Se sabía que sería un proceso muy complejo, sin margen de error, y lo cierto es que mucha gente interpretó la reapertura como el aviso de que la pandemia está de capa caída cuando por desgracia no es así. De hecho, estamos en una de las etapas más críticas porque hay mucha más gente en las calles y no todas respetan las medidas de protección.

Los mensajes del gobernador Carlos Joaquín tiene un tono muy severo con el propósito de que los habitantes de la entidad no malinterpreten las cosas y supongan que ya la brincamos cuando no es ni remotamente cierto. La gente sale, se expone y expone a los demás.

En la CDMX las autoridades ya tuvieron que dar un paso atrás con respecto a la reapertura del Centro Histórico que este fin de semana está otra vez cerrado. Hubo demasiada gente y muchos sin las protecciones del caso y los comercios no fueron, dice la autoridad, rigurosos con medidas como la sana distancia, la sanitización, el gel y todo lo demás.

También tuvieron que retrasarse las reaperturas de los centros comerciales, lo que es una verdadera pena para todos porque la precipitación y el desorden pueden dar al traste con el esfuerzo colectivo de meses. Las autoridades hacen su parte y se les puede criticar, pero los ciudadanos también tienen una responsabilidad central y no la están cumpliendo. Al no hacerlo se perjudican a sí mismos, a su salud y a su economía. Una pena.

jasaicamacho@yahoo.com
Twitter: @soycamachojuan