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Rebrotan disturbios en Chile con intento de reventar Festival de Viña

El presidente Sebastián Piñera condenó ayer los disturbios y declaró que el país “ya ha tenido demasiada violencia”.

El presidente Sebastián Piñera condenó ayer los disturbios y declaró que el país “ya ha tenido demasiada violencia”.

Rebrotan disturbios en Chile con intento de reventar Festival de Viña

Rebrotan disturbios en Chile con intento de reventar Festival de Viña

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Viña del Mar, la ciudad chilena que cada febrero desde hace 61 años está acostumbrada a brillar con su famoso festival, amaneció ayer lunes conmocionada tras una noche de extrema violencia.

La protesta llevaba días anunciándose en las redes bajo el lema “Calles con sangre, Viña sin festival” por lo que muchos políticos pidieron al gobierno cancelar el certamen para evitar situaciones de violencia.

Sin embargo, el presidente Sebastián Piñera decidió organizar un amplio dispositivo de seguridad y seguir adelante con el certamen en un aparente intento de mostrar cierta normalidad, luego de haberse visto obligado a cancelar el año pasado por el estallido social importantes citas como el Foro APEC, la Conferencia sobre Cambio Climático o la Copa Libertadores.

“Las autoridades se centraron en proteger la Quinta Vergara (el recinto donde se celebra el festival) y se olvidaron del centro”, se lamentó el dueño de un quiosco de prensa cercano.

EL LAMENTO DEL PRESIDENTE. Piñera condenó ayer los disturbios y declaró que el país “ya ha tenido demasiada violencia".

“Llegó el tiempo de un gran acuerdo por la democracia, contra la violencia y por la paz. Este acuerdo tiene que incluir no sólo condenar la violencia, no sólo defender la democracia y el Estado de Derecho, sino también, condenar a quienes no condenan la violencia y a los que atentan contra la democracia”, apuntó.

Los desmanes empezaron tres horas antes de que el puertorriqueño Ricky Martin inaugurase el certamen, cuando grupos de encapuchados incendiaron varios autos y atacaron el mítico Hotel O’Higgings, donde se hospedan artistas, periodistas y trabajadores del festival, que fueron desalojados por unas horas.