Opinión

Recuento de los daños mediáticos, tras salida de Donald Trump de la presidencia

El quehacer de los medios de comunicación fue entendido por Trump como una invasión y una afrenta a su modo de ver la política, sin entender que los medios, en los regímenes democráticos, son lo que aportan el balance para evitar el abuso de poder, apunta Raquel Saed Grego

Recuento de los daños mediáticos, tras salida de Donald Trump de la presidencia

Recuento de los daños mediáticos, tras salida de Donald Trump de la presidencia

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

*Ilse Paola Díaz Morales

El pasado 20 de enero Donald John Trump dejó la presidencia de los Estados Unidos, cumpliendo, -muy a su pesar-, un periodo presidencial de cuatro años. A su salida de la Casa Blanca dirigió un último discurso donde dijo esperar que aquel adiós no fuera uno largo y que, de algún modo, volvería. Momentos más tarde, múltiples medios comenzaron un recuento de los sucesos que marcaron la jornada presidencial del magnate. Dos de ellos fueron la interrupción informativa de cuatro cadenas televisoras hecha al discurso de Trump, sobre su insatisfacción con los resultados de las elecciones, y la toma del Capitolio, apenas el 6 de enero, por simpatizantes del presidente, motivados también por un discurso del mandatario. En ambos hechos salen a relucir los medios de comunicación y la figura de este hombre controversial frente a los mismos. Y el punto no es para menos.

La campaña de Donald Trump rumbo a la presidencia de Estados Unidos estuvo marcada por una sobreexposición ante los medios que lo instaló en la vida de cientos de ciudadanos. Donald Trump, habiendo aprendido la lógica televisiva gracias a su participación en el reality show El aprendiz, configuró una serie de mensajes que incendiaron a las audiencias y se reprodujeron de forma incesante por las redes sociales. Esta habilidad se convirtió en estrategia y terminó en ciclo vicioso. Esta fue la observación hecha por la Maestra Raquel Saed Grego, en su colaboración Fake News: Trump y los medios de comunicación, dentro del libro Descifrando a Trump desde la historia, coordinado por la Dra. Ana Rosa Suárez Argüello, del Instituto Mora.

La relación de Trump con los medios es analizada por la académica de la Universidad Iberoamericana, desde la respuesta dada por el gobernante al reportero de CNN Jim Acosta el 7 de noviembre de 2018, donde este cuestionó al presidente sobre la catalogación de pandilleros y delincuentes a la caravana de centroamericanos que se aproximaban a la frontera de Estados Unidos. Trump reaccionó de manera irritable y exclamó ¡fake news!, la expresión que se volvería su grito de batalla por excelencia. Minutos más tarde, el reportero fue expulsado de la sesión de prensa. Este suceso, apuntó la investigadora, fue el botón de muestra de toda la relación medios-Trump.

Más adelante, Saed Grego explica la manipulación de información, hecha, tal vez, con la intención de atraer la atención pública a su favor y cumplir con su proyecto principal de campaña: levantar un muro fronterizo.

El quehacer de los medios de comunicación fue entendido por Trump como una invasión y una afrenta a su modo de ver la política, sin entender que los medios, en los regímenes democráticos, son lo que aportan el balance para evitar el abuso de poder, apunta Raquel Saed Grego. Vigilar el quehacer político y exponerlo a los ciudadanos para su escrutinio.

Restringir una de las premisas básicas de la primera enmienda: garantizar la libertad de expresión y de prensa, pareció ser uno de los primeros objetivos del presidente Trump hacia medios de comunicación, olvidando una vez más que esta acción era inobjetable, pues dicha enmienda está presente en la Carta de derechos de 1789 y forma parte de la Constitución de Estados Unidos desde ese entonces.

Sin embargo, el eco simpatizante encontrado por Trump en más de un discurso político tuvo su origen, más que en su sobreexposición mediática, en las grietas de una credibilidad dejada por la élite política y económica en deuda con sus ciudadanos.

Esa falta de credibilidad abonó a una construcción de espacios con noticias editorializadas y un componente de teorías conspirativas que reforzaron ideas comunicadas por el mandatario presentadas como “verdades lógicas”, pero escandalizadoras. Estas verdades, a falta de fundamento, fueron cuestionadas por la idea del contrapeso que ejerce el periodismo comprometido; la respuesta Trumpista: tildar a estos medios como “enemigos del pueblo”.

Esta anotación hecha por Saed Grego, puede encontrar eco con otra idea semejante expuesta el pasado 11 de noviembre por el Lic. Carlos Castañeda Flores, del equipo de consultores Zimat, en el debate virtual Discurso de odio, mentiras y libertad de expresión: la encrucijada de la democracia deliberativa:

“Esta crisis tiene que ver con la falta de cumplimiento de promesas de parte de los políticos, y de ahí viene la idea de la mentira. El compromiso político se vuelve algo que no se cumple para la audiencia, y eso es algo que ha mermado la credibilidad de la política y permitido en gran medida que surjan estos actores como Trump y Bolsonaro [refiriéndose a Jair Messias Bolsonaro, actual presidente de Brasil], porque no vienen de la política… El representante es un intermediario de nosotros ante el poder. Pero la gente quiere una relación directa. Los medios digitales nos permiten terminar con ese intermediario. Trump usa su Twitter para hablar directo con la gente. En el futuro, la gente, quizá, pueda hablar directamente con su alcalde, de manera digital. Será una democracia directa, que es una democracia alternativa a la democracia representativa, y la que los populistas han buscado proponer como alternativa. Tiene que ver con las consultas populares, referéndums. No es mejor ni peor; es distinta. [Este tipo de democracia] tiene comunicación bidireccional donde ya no hay una deliberación en los medios, ni pública. Pero tampoco ya no hay un factor central que es el pluralismo”.

El análisis de Raquel también revisa la relación de algunos presidentes anteriores a Trump con los medios, como Nixon, Kennedy, Roosevelt o Woodrow; al igual que aborda la transformación del concepto de esfera pública, desde el desarrollo de la prensa en EU hasta nuestros días con el apogeo de las redes sociales. Y todo este estudio incluye, a su vez, el papel jugado por otro término vital para entender la estrategia discursiva del ahora expresidente: la política de identidad, entendida como las demandas de grupos sociales particulares que buscan reconocimiento de la cultura predominante.

El resultado final de cuatro años Trumpistas, indica la investigadora, es una sociedad norteamericana informada por una sala de prensa presidencial agresiva, que dejó en cada intervención una sociedad dividida por discursos políticos y mediáticos ideologizantes, donde los valores fundamentales a defender, la democracia, la justicia y la libertad ciudadana, se diluyeron en gran medida.

La académica destaca que en la actualidad no hay ninguna regulación que proteja al público de obtener informaciones desbalanceadas, lo que deja el terreno listo para la construcción de retóricas racistas y excluyentes para las “realidades alternativas” y con consecuencias de luchas ideológicas y descalificaciones.

En Descifrando a Trump desde la historia también participan Gerardo Gurza, Erika Pani, Andrew Espasa, Paolo Riguzzi, Marcela Terrazas y Basante, Diana Irina Córdoba Ramírez, María del Carmen Collado y la misma Ana Rosa Suárez Agüello, quienes analizan la figura política de Trump y su actuación en distintas esferas como la economía, la cultura, ideología y el legado histórico que deja para su país, visto desde una comparativa con algunos de sus antecesores.

Referencias:

SUÁREZ, ARGÜELLO, Ana Rosa. (2020). Descifrando a Trump desde la historia. Ciudad de México: Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

Discurso de odio, mentiras y libertad de expresión: la encrucijada de la democracia deliberativa. (2020). Debate virtual, celebrado el día 11 de noviembre, convocado por el Instituto Mora.

Consultado en: https://www.facebook.com/Institutomora/ videos/debate-discurso-de-odio-mentiras-y-libertad-de-expresión-la-encrucijada-de-la-de/1318829001789751/

*Lic. Ilse Paola Díaz Morales es educadora, comunicóloga y especialista en el análisis de cine. Egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ha publicado para el medio Gen Político, con la columna Desde la butaca. Asimismo, ha colaborado en La Casa del Cine, TV UNAM, y como tallerista y panelista del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, de la UNAM. Actualmente, colabora en el Instituto Mora como co-gestora cultural y vinculación con medios escritos.

@daz_ilse