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Redada a migrantes en Ferrovalle termina en deportación masiva

Viajaron semanas encerrados en vagones. Duraron una hora en suelo mexicano; los regresaron a sus países de origen

Redada a migrantes en Ferrovalle termina en deportación masiva

Redada a migrantes en Ferrovalle termina en deportación masiva

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

A las 18:30 horas un tren lleno de migrantes arribó a la terminal mejor conocida como Ferrovalle, en Tlalnepantla, Estado de México. Una redada de autoridades migratorias llegó al lugar, los bajó de los vagones y los formó en fila india para después conducirlos a los autobuses que los llevarían al aeropuerto capitalino, para deportarlos.

Los haitianos siguen llegando al país. No importa cómo, ni lo que tengan que pasar para conseguirlo, lo único que quieren es acercase, en medida de lo posible, hacia el norte.

De acuerdo con fuentes consultadas por Crónica, esta no es la primera vez que ocurre el hecho. Muchos de los haitianos que llegan al país sólo duran unas horas antes de ser regresados a su país.

Al abrirse las puertas del vagón cualquiera podría pensar que se abren también las de las oportunidades. No es así. Ellos ni si quiera parecen personas. Son metidas al tren como cualquier objeto que se vende al mejor postor; lo que sientan, lo que piensen poco interesa.

Los trenes en los que viajan, son de empresas de carga que provienen de países centroamericanos. Sí, de carga, no de pasajeros; 500 ilusiones, 500 esperanzas, 500 vidas; y en un instante termina donde la historia de sobrevivencia inició.

No les dicen mucho, los bajan del tren y como si fuesen escolapios, los forman para posteriormente acabar con su esperanza.

“Bájense, fórmense”, ordena a gritos el de migración. Conforme van tomando su lugar en la fila, se revisa su identificación, si es que la traen. Muchos de ellos salieron de su país, sin nada de valor, sólo con un montón de ilusiones a cuestas.

Pocos entienden qué sucede, y los que llegan a comprender saben que no es bueno lo que pasará después.

A lo lejos una docena de autobuses aguardan. El rumbo: el aeropuerto de la Ciudad de México. El objetivo: repatriar a los migrantes. No obstante, el lugar a donde llegarán es incierto. Algunos de los aviones no van para Haití.

El Salvador y Honduras son otros destinos a los que habrán de llegar, no sin antes consultarle al migrante hacia donde se quiere dirigir.

Llanto, mucho llanto, rostros desolados, lágrimas corriendo sobre las mejillas de hombres y mujeres que no dan cabida a lo sucedido. Sus hijos los miran, no queda mucho para ellos. El destino es claro, regresarán al sitio del que huyeron.

El sacrificio hecho, de nada bastó; ni el dinero, ni el cansancio, ni los desvelos, ni nada. En un abrir y cerrar de ojos se acabó.