En los últimos años hemos entendido a las redes sociales, más que un poderoso fenómeno de comunicación, como la forma de interacción donde se comparten gustos o preferencias, por lo que se han hecho indispensable para la vida de las personas, empresas, organizaciones, gobiernos y todo ente que implique una relación socio-digital.

En ésta era de las redes sociales, prevalece la necesidad de compartir datos y contenidos a gran velocidad; de ahí su importancia, donde todo se comparte entre 3.5 mil millones de internautas, con una impresionante actividad en la web. En 2020, en tan solo un minuto, más de 190 millones de mensajes se enviaron a través de redes sociales como: WhatssApp, 41.7 millones; Facebook, 1.6 millones; YouTube, 4.7 millones de videos; Twitter, 194 mil 444; Instagram, 694 mil 444; 1.6 millones a través de Tinder; 190 millones de correos electrónicos, entre otros.

En México, de acuerdo con datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones, hasta antes de la pandemia, había cerca de 83 millones con acceso a la red; de ellas, 82 millones tenían cuenta de Facebook, y como segunda aplicación WhatsApp, utilizada por 76 millones de usuarios. Así mismo se reportó que, debido al teletrabajo, la educación a distancia y el comercio en línea la conectividad creció a 105 millones de mexicanos; para ese momento, 100 millones usaban Facebook y cerca de 91 millones, WhatsApp.

Cabe señalar que cada vez que se accede a aplicaciones y sitios web, se genera un registro que es usado para hacer una experiencia personalizada, pero mayormente esa información se recaba con fines publicitarios, de investigación o para vender bases de datos.

Al respecto, 75% de especialistas en marketing dicen que las redes sociales son eficaces para los negocios; el 54% de los navegadores sociales las utilizan para investigar productos; 71% de los consumidores han tenido una experiencia positiva al comprar a través de ellas, y 1 de cada 2 consumidores toman en cuenta las recomendaciones de influencers para realizar sus compras o revisar contenidos.

Con el aviso de modificación en las condiciones de uso de WhatsApp, hemos sido testigos de un escándalo relativo al manejo de datos personales, que ha generado, a decir de Pável Dúrov, fundador de la app Telegram, “la migración digital más grande de la historia de la humanidad". Ante ello, el INAI alertó sobre los cambios e indicó que aceptarlos, terceros tendrán derecho a revisar, almacenar y observar el comportamiento de su mensajería, contactos personales y hasta transacciones.

Llama la atención la decisión de WhatsApp, con más de dos mil millones de usuarios que envían 65 mil millones de mensajes de forma gratuita, y porque se ha convertido en una app imprescindible a 12 años de haber sido creada por Jan Koum, lo que implicó el fin de los SMS y supuso una auténtica revolución de comunicación instantánea.

WhatsApp, con una inversión de 250 mil dólares y a pocos meses de vida alcanzar 250 mil usuarios, la convirtió en una empresa que creció de manera exponencial en los cinco años siguientes. En 2014 Mark Zuckerberg, creador de Facebook, adquirió la aplicación por 19 mil millones de dólares, repartidos en acciones de Facebook, en cash y en forma de acciones destinadas a los trabajadores y fundadores del popular servicio de mensajería.

Así, la empresa de Zuckenberg se convirtió en la propietaria de las redes sociales con más usuarios del mundo: Facebook, Instagram y WhatsApp, gozando esta última de un crecimiento imparable, a pesar de sus competidores: Line, Telegram, Signal, Hangouts, entre otros.

En 2018, WhatsApp fue intermediario entre un particular y una empresa, surgiendo WhatsApp Bussiness, que ofrece una vía de comunicación rápida, sencilla y segura entre clientes y diferentes empresas y servicios. Hoy, en Brasil e India opera el sistema de pago que ofrece WhatsApp. Con WhatsApp Pay se podrán completar transacciones con empresas o servicios y se podrá enviar dinero a cualquier otro contacto que se desee. Un avance que, de llevarse a cabo, ofrecería en WhatsApp Business el servicio comercial más completo de su historia.

La introducción de una nueva política de privacidad generó confusión en los usuarios y su migración a Signal y Telegram, con la idea de que recopilan menos datos, lo que retrasó hasta el 15 de mayo la implementación de las nuevas condiciones de uso, sin embargo, especialistas coinciden que la privacidad en internet no existe o es un mito, ya que al hacer uso de estas redes sociodigitales se configura la “huella digital”, por lo que dejar WhatsApp no garantiza la privacidad, siendo importante entender la configuración de todas las aplicaciones antes de abrir una cuenta o bajar una aplicación.

Partiendo de que los seres humanos somos sociales por naturaleza, y que ahora esa interacción se realiza en las redes sociales, es fundamental la responsabilidad de la educación para el aprovechamiento de esta potente herramienta, por lo que resulta indispensable que, de manera coordinada, las SEP, Comunicaciones y Transportes y Gobernación propicien mecanismos y condiciones para continuar con WhatsApp, como una de las principales plataformas, ya que en el confinamiento han sido un soporte que ha facilitado al sistema educativo garantizar los contenidos en línea y el derecho a la educación de millones de estudiantes mexicanos, así como la comunicación académica y la interacción de docentes y alumnos. Pero sobre todo aventurar en el desafío de romper la dependencia tecnologica y crear una aplicación propia para usuarios de nuestro país.

Hoy el confinamiento nos ha obligado a pasar más tiempo en las redes sociales, siendo una oportunidad para potenciar el aprendizaje educativo en medio de nuevos entornos que están marcando un antes y un después en la manera en que nos educamos, nos desarrollamos profesionalmente y en que nos formamos como seres humanos.