Los datos de las encuestas realizadas a boca de urna en la repetición de las elecciones de ayer en Israel indican que el Likud, el partido del primer ministro israelí en funciones, Benjamin Netanyahu, perdería algunos escaños, lo que reduciría aún más sus opciones de lograr la reelección.

Los comicios se convocaron después de que Netanyahu fracasara en su intento de formar gobierno con los extremistas judíos tras las elecciones del 9 de abril de este año. Concretamente, fracturó a las formaciones su opinión sobre el rol que los judíos ultraortodoxos deben desempeñar en la sociedad.

La televisión estatal Kan informó de que sus sondeos rebajan al Likud a 31 escaños, lo que daría la victoria al partido opositor Arzul y Blanco, centrista y laico, encabezado por el general retirado Benny Gantz, que obtendría 32. A su vez, el canal 13 proyecta 32 escaños para Gantz y 30 para Netanyahu, mientras que canal 11 apunta también a una victoria para Azul y Blanco con 32 escaños por 31 del Likud.

Asimismo, los sondeos apuntan a un ascenso de la Lista Unida de mayoría árabe hata entre 13 y 15 escaños y alrededor de nueve escaños para Israel Nuestro Hogar, del ultraderechista Avigdor Lieberman, exsecretario de Defensa y de Exteriores de Netanyahu.

“MISIÓN CUMPLIDA". A la espera del escrutinio oficial, Gantz compareció ante sus seguidores y afirmó: “Parece que hemos logrado nuestra misión". “Netanyahu no puede formar un gobierno y, por otro lado, nosotros sí podríamos", añadió el exjefe del Estado Mayor. Por ello, Gantz tendió la mano a Netanyahu al llamar a “formar un gobierno de unidad amplio", que excluiría a los extremistas como Lieberman.PUERTA CERRADA. Sin embargo, Netanyahu, a su vez, pareció ­desechar aliarse con Azul y Blanco al afirmar que “no puede haber un gobierno que dependa de los partidos árabes", insinuando que esta podría ser la intención de Gantz.