Comerciantes de Iztapalapa, taxistas y personal del Congreso capitalino se enfrentaron ayer a golpes, palazos y hasta platazos afuera del recinto de Donceles.

Para calmar la riña, los trabajadores del Congreso utilizaron un extintor para dispersar a los rijosos.

Desde antes de las 9:00 horas, los comerciantes de la Federación de Uniones Mexicanas A.C. bloquearon los accesos al recinto pues exigían que el gobierno capitalino ya no realice operativos para inhibir la venta en la vía pública en zonas como Metro UAM y Leyes de Reforma.

Luego, cerca de las 10:00 horas, arribaron al sitio transportistas del grupo Taxistas Organizados de la Ciudad de México, quienes protestaron en contra de empresas como Uber.  Sin embargo, ante la negativa de atención por parte de los legisladores, taxistas y comerciantes intentaron dar portazo.

Por lo que personal de seguridad intentó repeler el portazo y comenzó el intercambio de empujones, golpes y palazos. Los empleados del recinto de Donceles tuvieron que activar un extintor para disipar a los comerciantes y taxistas. Tras las agresiones, los diputados se reunieron al interior del recinto para evaluar la situación.

Mientras tanto, los vendedores, en su mayoría de Iztapalapa, continuaron en espera de ser atendidos por los diputados.

“Esperamos que nos dejen trabajar, porque bien o mal los que están adentro (en el Congreso) están por nosotros”, expresó una vendedora de Iztapalapa.

Pese al incidente, tras el cual resultaron lesionados tres trabajadores del Congreso, la sesión al interior del recinto continuó.

Los lesionados fueron los trabajadores de resguardo interno Rodolfo Montaño, Luis Torres Salas y Roberto Nava.

Los empleados fueron atendidos brevemente en el servicio médico del legislativo, debido a los golpes que recibieron y posteriormente los trasladaron para ser atendidos en un hospital.