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“Nada tendrá jamás el poder de enfrentar de nuevo a los ruandeses”

El presidente Paul Kagame lanza un mensaje de esperanza 25 años después del genocidio en el que fueron asesinados 800 mil tutsis. Francia, país acusado de armar a los genocidas, no asistió a la ceremonia.

El presidente Paul Kagame lanza un mensaje de esperanza 25 años después del genocidio en el que fueron asesinados 800 mil tutsis. Francia, país acusado de armar a los genocidas, no asistió a la ceremonia.

“Nada tendrá jamás el poder de enfrentar de nuevo a los ruandeses”

“Nada tendrá jamás el poder de enfrentar de nuevo a los ruandeses”

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El 6 de abril de 1994, el derribo del avión en el que viajaban los entonces presidentes ruandés, Juvénal Habyarimana (de etnia hutu) y de la vecina Burundi, Cyprien Ntaryamira, causó la muerte de ambos y supuso el detonante de una limpieza étnica, considerada una de las peores de la historia reciente de la humanidad.

Jaleados por emisoras controladas por el gobierno, que culpó del doble magnicidio a la ­guerrilla tutsi, miles de hutus, envenenados por décadas de resentimiento y odio contra la minoría dominante, asesinaron a unas 800 mil personas, en su mayoría a navajazos, entre abril y julio de 1994, hasta que los tutsis lograron hacerse con el poder y frenar la carnicería.

“En 1994 no había luz, únicamente existía oscuridad”, describió ayer el presidente Paul Kagame, de 61 años, quien encabezó la milicia tutsi que tres meses después pondría fin a esta tragedia, ignorada, para vergüenza de la humanidad, por la comunidad internacional.

FRANCIA, AUSENTE. A la ceremonia en Kigali asistió el primer ministro de Bélgica, Charles Michel, quien aprovechó la ocasión para recordar la responsabilidad compartida en esta tragedia por su país desde la época de la Colonia, en la que privilegió a los tutsis por encima de los hutus.

Por el contrario, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, no viajó a Ruanda, pese a estar invitado. Desde que los tutsis retomaron el poder, a mediados de 1994, el gobierno ha acusado repetidamente a Francia de complicidad en el genocidio, por proporcionar entrenamiento militar y armamento a la milicia hutu Interahamwe (“Los que pelean juntos”).

“SEGUIMOS INVICTOS". En un mensaje de esperanza, Kagame declaró: “Veinticinco años después seguimos aquí, heridos y medio rotos, pero invictos". Y proclamó: “Nada tendrá jamás el poder de enfrentar de nuevo a los ruandeses. Esta historia no se repetirá. Es nuestro firme compromiso".