Rusia anunció ayer que suspende su participación en el tratado de desarme nuclear INF en respuesta a que Estados Unidos anunció la misma medida este viernes. “Daremos una respuesta simétrica. Nuestros socios norteamericanos anunciaron que suspenden su participación en el tratado; pues también lo hacemos nosotros”, declaró el presidente ruso, Vladimir Putin.

En una reunión con su canciller, Serguéi Lavrov y su secretario de Defensa, Serguéi Shoigú, Putin ordenó además que el ejército comience a fabricar nuevos misiles que estaban prohibidos por el INF, todos los que pueden alcanzar distancias de entre 500 y 5 mil 500 kilómetros.

El líder ruso respondía así a la declaración de su homólogo estadunidense, Donald Trump, quien informó el viernes de que este sábado iniciarían “el proceso de retirada del tratado INF”. Este proceso deberá completarse en seis meses a no ser que Rusia vuelva a cumplir” con lo pactado en el acuerdo de 1987 “mediante la destrucción de todos los misiles, lanzaderas y equipos asociados que violan” sus términos.

Si la retirada se hace efectiva, Estados Unidos podría posicionar sistemas de misiles en Europa, mientras que Rusia podría hacer lo mismo en sus territorios limítrofes con la Unión Europea u otras zonas geográficas.

Aún así, y pese a la orden de fabricar nuevos misiles terrestres que hasta ahora estaban prohibidos, Putin insistió en que Rusia no pretende iniciar una nueva carrera armamentística ni quiere desplegar misiles “ni en Europa, ni en otras regiones del mundo” si no lo hace antes Estados Unidos.

Estados Unidos acusó desde hace meses a Moscú de romper las reglas del INF por la fabricación del misil de crucero Novator 9M729, que según la OTAN puede alcanzar los 500 kilómetros de trayecto, mientras que el Kremlin insiste en que su alcance es de 480 kilómetros, 20 por debajo del límite.

Según insistió hoy Lavrov, Rusia “trató de hacer todo lo posible para salvar” el INF, pero que EU “torpedeó” estos intentos.