Opinión

Santa Úrsula Xitla, de nuevo

Santa Úrsula Xitla, de nuevo

Santa Úrsula Xitla, de nuevo

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Tlalpan es la demarcación más grande de la Ciudad de México en términos territoriales. Este todavía bello lugar ahora se encuentra encabezado por la alcaldesa Patricia Aceves Pastrana quien podría intentar reelegirse pese a que muchas encuestas no la favorecen, dejar un encargado de “despacho” para buscar una postulación por Morena para otro cargo de elección (como se rumora planea hacer lo que sería un desastre administrativo para la alcaldía) o de plano concluir su mandato y regresar a la academia en donde a mi juicio ha tenido un mejor desempeño incluidos los cargos administrativos. En cualquiera de los dos primeros casos son las bases de Morena quienes tendrían que decidir. Pero ya sabemos para qué sirven las bases en todos los partidos políticos.

El hecho es que los problemas presentes en el territorio abarcan varios matices y algunos parecen kafkianos. Si Morena pierde la alcaldía de Tlalpan y los puestos a los Congresos en el 2021 será un duro golpe para la jefa de gobierno y desde luego para la propia alcaldesa más allá de las decisiones que en cuestión de meses tendrá que tomar. En dos años de gestión han cambiado casi todos los directores y subdirectores de área. En el caso de la Dirección de Gobierno y Asuntos Jurídicos, el segundo puesto más importante, acaba de ser sustituido José Raymundo Patiño por una persona llamada Verónica Cuenca. Los cambios se han prestado en la práctica para justificar la lentitud en muchas acciones administrativas que, aunadas a la pandemia, no auguran nada bueno para una demarcación en bancarrota. Prueba de ello es que hasta personal de la alcaldía se ha inconformado cerrando vialidades por sueldos atrasados y falta de equipo para el correcto desarrollo de sus actividades.

En el caso de la Dirección General de Obras y Desarrollo Urbano se han dado tres cambios que nos impiden a los ciudadanos saber cómo se están gestionando nuestros recursos, además de que este desorden administrativo se visibiliza en el estado que guarda la obra pública en muchas colonias tlalpenses. Más adelante pondré un ejemplo concreto que me afecta al igual que mis vecinos.

Puedo decir, sin temor a equivocarme, que el deterioro en la calidad de vida para todos los habitantes de Santa Úrsula Xitla, SUX ha sido progresivo. La “alternancia” no lo detuvo ni otra “alternancia” lo hará porque se trata de una colonia con escasa participación vecinal y polarizada como lo está el país, caldo de cultivo para que se hagan mal o incluso no se hagan las cosas. Hasta que entendamos que el ejercicio de la democracia no se termina cuando depositamos la papeleta en cajas de plástico, seguiremos mal.

Demos un breve repaso territorial a partir de nuestra accidentada geografía que explica parcialmente nuestra fragmentación. La colonia tiene una arteria vial muy importante llamada también SUX de doble circulación que inicia en Insurgentes y termina, aunque antes hay un cuadrante en el que se asienta la iglesia de SUX, topando con otra calle de doble sentido: Aljibe.

Desde Insurgentes, la avenida SUX hasta la esquina Cuautla y Limantitla (tres puntos convergentes) y en los dos sentidos de la avenida SUX el centro comercial Patio Tlalpan agravó (acaso ahora ese panorama sea menos visible por la pandemia) una serie de problemas de vialidad que ya estaban latentes desde que Maricela Contreras (hoy morenista) y posiblemente delegados perredistas anteriores autorizaron la demolición de lo que fue la Clínica San Rafael para la edificación de la referida plaza. Me limito a enlistarlos: Una base de taxis que la autoridad se niega a quitar con algunos vehículos pirata que obstruyen un carril completo de la avenida, una sucesión de puestos de lámina que ocupan la banqueta con los consiguientes riesgos para el peatón; puestos que se extienden por Insurgentes afectando el cruce peatonal del metrobús en los que hay expendios de barbacoa, carnitas, helados y una suerte de minicasino clandestino con juegos de azar en los que la gente apuesta (clientelas políticas antes y después de la “alternancia”).

A partir de esos puntos convergentes la colonia esta dividida. Hacia la derecha en las calles conformadas por la ya citada Cuautla, Arenal, Camino a Fuentes Brotantes, Carril, San José Buenavista, Textitlán, Cantera, Colmenar, y desde luego Insurgentes esta una zona que para fines prácticos llamaré cuadrante bajo derecho que representa todo un universo poblacional y de comercio con poca comunicación vecinal entre los vecinos que vivimos más arriba, aunque amistades comunes comentan que la seguridad es el mayor de sus problemas, seguido por los servicios urbanos. De los tres puntos convergentes del lado izquierdo hacia arriba la seguridad, las fugas de agua y las obras inconclusas se han convertido en una verdadera pesadilla en la que todos los involucrados se lavan las manos.

Primero un contexto: aunque mi credencial del INE e incluso las más recientes emitidas por el instituto consignan a SUX como colonia, gracias a la pésima redacción de la Constitución de la CDMX y a una imposición del TECDMX en su momento controlado por el PRD, se nos ha querido imponer, y en su momento lo escribí el estatus de “nuevo” pueblo originario, al grado de que hubo “propuestas”, como en San Ángel, de convertirnos en pueblo mágico. El asunto es que la mayoría de los vecinos rechaza esa imposición que más que ayudar, perjudica las decisiones que se toman sobre la obra pública de la colonia. ¿tendrán cabal conciencia los vecinos del cuadrante bajo derecho e incluso izquierdo de lo que esa figura podría representar en términos de derechos de las mayorías?

Hace dos años escribí: “los trabajos de substitución de drenaje y de red de agua potable en la colonia están detenidos, parecemos zona de guerra y ni el equipo de Morena saliente (el de Claudia Sheinbaum) ni el entrante dan visos de resolver el asunto.”

Ahora bien, en la avenida SUX de Carril hacia arriba y de manera muy particular en las propiedades que están en torno a la iglesia, zona centro, vive un grupo de vecinos conformado si acaso por el uno por ciento del padrón de la SUX, una minoría en términos demográficos por la cual el TECDMX obligó a la todavía delegación a reconocerle derechos políticos extraordinarios a un vecino que ni siquiera es reconocido por la totalidad de esa minoría pero cuando le conviene la alcaldía lo reconoce para negar los derechos del 99 por ciento restante del padrón de la colonia.

Estas convenientes lagunas se han prestado para que los derechos políticos de la mayoría de los contribuyentes de Santa Úrsula Xitla se violen sistemáticamente. A principios de este año, en los términos de la Ley de Participación Ciudadana, vecinos de la colonia votamos por nuestros representantes a la Comisión de Participación Comunitaria (Copaco) y en la Consulta de Presupuesto Participativo 2020 y 2021 el proyecto que arrasó fue el Estudio de Georadar que a grandes rasgos consiste en una suerte de tomografía del terreno a nivel de calles y banquetas de toda la colonia para conocer el estado real del subsuelo y sus posibles afectaciones como fugas de agua potable, socavones, rupturas de drenaje, etcétera.

Con esa información tendríamos un mapeo subterráneo de los servicios que le permitirían a la autoridad tomar decisiones correctas para que el erario nos se dilapide y la obra pública en infraestructura hidráulica, reencarpetado y banquetas tenga una vida más larga. Hay documentación probatoria que, desde el comité técnico dictaminador de la alcaldía, se quiso bloquear ese proyecto y no hay nada que garantice que lo que votamos los vecinos se ponga en práctica. ¿A quién le conviene este estado lamentable de los hechos? Quizá a quien se niega a proporcionar información de los más recientes trabajos realizados en SUX para que todo se convierta en el cuento de nunca acabar y en el que desde los directores de obras para abajo, las empresas concesionadas y seudo representantes se lavan las manos y presumiblemente se coluden en actos de corrupción.

Lo cierto es que, si contáramos con este mapeo, las fugas que aparecen todos los días, los baches que semejan hoyos negros, la red de tuberías que nadie sabe de donde provienen ni a dónde van y hoy en día volvieron a colapsar partes de la colonia con obras que seguirán causando problemas, serían más fáciles de evitar. Pero hay una extraña red que parece que le gusta prohijar ese estado de indolencia.