La presente administración tiene la imperiosa necesidad de transformar la vida pública a través de un cambio de las condiciones materiales del pueblo y a través de una transformación moral, señaló la titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Olga Sánchez Cordero, quien sostuvo que “para recomponer el tejido social, es necesario reflexionar y alcanzar por consenso un nuevo pacto social que tenga el objetivo de generar una mejor convivencia y bienestar colectivo, con especial atención a quienes han sido históricamente excluidos”.

A la cuarta Transformación, sostuvo, nos convoca la urgencia de transformar las actuales formas nocivas de convivencia social y promover relaciones inclusivas sustentadas en principios morales y valores democráticos.

Al inaugurar el foro de participación Constitución Moral. Reflexiones para una mejor ­convivencia, la funcionaria resaltó que a los actores que participan en la vida pública estamos obligados a pensar y reflexionar sobre las mejores formas de convivir.

“Debemos promover una conciencia cívica sustentada en principios éticos básicos, que promuevan actitudes y normalicen los valores perdidos como el respeto, la fraternidad, la generosidad, el cuidado mutuo, así como la honradez, la honorabilidad, que sinceramente ya han perdido su contenido en estas últimas décadas”.

En este foro participarán integrantes de la academia y la sociedad civil para revisar el documento elaborado por Alfonso Reyes y, a partir de éste, elaborar uno nuevo, a fin de poder establecer principios y normas de convivencia social.

La convocatoria impulsada por el Gobierno de México, parte del reconocimiento de que la corrupción, la desigualdad, la violencia y la impunidad han erosionado el tejido social, “la dolorosa crisis de derechos humanos y el déficit democrático que nos fueron heredados son las causas más profundas de la descomposición social que hoy vivimos”.

Ante ello, la propuesta del Gobierno de México es diseñar un documento rector que sirva de guía para transformar los principios morales que guían nuestra convivencia, ya que impulsar este tipo de actividades es una forma de construir el espacio público en conjunto “es una forma de reconocernos en nuestras diferencias, de reconciliarnos unos con los otros, y de tomar decisiones que promuevan el bienestar colectivo”.