Entre acusaciones, reproches y acusaciones de un supuesto pacto de impunidad, ,el  pleno del senado aprobó la renuncia de Eduardo Medina Mora como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con lo cual ese lugar quedó vacante y a la espera de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador envíe la terna a esta Cámara  Alta a fin de elegir a quien relevará al ahora ex ministro en las  próximas semanas.

Con 111 votos a favor,3 en contra y 5 abstenciones, los senadores concretaron la renuncia de Medina Mora sin  que el ex ministro compareciera ante esta soberanía para explicar los motivos que lo llevaron a dimitir a ese cargo para el que aún le faltaban 10 años por cumplir.

Durante dos horas, los senadores sobre todo del PAN y Morena intercambiaron reproches y descalificaciones por presuntas presiones del Ejecutivo para que Medina Mora renunciara como ministro a cambio de otorgarle impunidad por supuestas acusaciones de lavado de dinero en su contra que reveló el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, Santiago Nieto.

El senador del PAN, Gustavo Madero demandó investigar si con esta renuncia no se está solapando actos de corrupción por parte de Medina Mora pues consideró que esa dimisión tiene muchas implicaciones y consecuencias.

“Exijo que no haya impunidad, que no vaya a haber carpetazo solo porque se doblegó a un ministro de la Corte”,  emplazó

La respuesta llegó por parte del morenista, Germán Martínez quien sostuvo que “no hay una renuncia apalabrada” y consideró que mas bien el presidente López Obrador está desmontando la herencia del ex presidente Enrique Peña Nieto.

En tanto que el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal pidió a los senadores no asumirse como un tribunal de alzada y no entrar en un proceso de linchamiento en  contra de nadie.

“No puede convertirse esta cámara en una cámara de linchamiento o enjuiciamiento, tampoco de defensa”, estableció

En ese sentido pidió respetar el principio de presunción de inocencia y no enjuiciar a nadie a priori.