Cultura

Seremos la generación responsable de la devastación de Xochimilco: Luis Zambrano

Es un socioecosistema que lleva más de 2 mil años lo cambiamos por una joya por espejitos que es un puente que de nada sirve, explica investigador del Instituto de Biología de la UNAM

Seremos la generación responsable de la devastación de Xochimilco: Luis Zambrano

Seremos la generación responsable de la devastación de Xochimilco: Luis Zambrano

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

“Seremos la generación a la cual van a culpar las generaciones futuras sobre la devastación completa de Xochimilco, de un socioecosistema que lleva más de 2 mil años. Cambiamos una joya por espejitos que es un puente que no sirve para nada”, expresa Luis Zambrano, investigador del Instituto de Biología de la UNAM, sobre la construcción de la Supervía Oriente que cercenará uno de los últimos resquicios de humedal de México.

Con motivo del libro Xochimilco en el siglo XXI, editado por Turner, los autores Luis Zambrano y Rubén Rojas expresaron a Crónica su preocupación por las afectaciones que la Supervía ocasionará a mediano plazo en el sitio de la Ciudad de México declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1987.

“Xochimilco no es cualquier área verde, por muy grande que sea, es una pieza fundamental en la identidad de los mexicanos y la sobrevivencia de los capitalinos. No es humedal artificial, es un humedal remanente y con esta vía lo que se quiere hacer es cercenarlo. El efecto es grave porque, aun cuando es poco, es una zona vital”, enfatiza Zambrano.

El biólogo pone de ejemplo que si a una persona le quitan 5 gramos de corazón o de cerebro, cantidad pequeña respecto a los 70 kilogramos de su masa corporal, la función de esos órganos agravaría la salud de cualquier individuo.

“Es lo mismo en Xochimilco. Esta reducción de pedazo de humedal puede poner en peligro, aún más, a Xochimilco. En vez de restaurar, es ‘aprovechando que ya está afectado’ se usa eso de pretexto para destrozarlo más a una velocidad mayor”, comenta.

Rubén Rojas, director de preservación y planeación en la Zona Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad en Xochimilco, Tláhuac y Milla Alta, señala que aunque los expertos se manifiesten en contra, la supervía es una decisión de gobierno que pasará encima de toda opinión.

“Se perdió la batalla del puente, entonces hay que minimizar los daños en el mediano plazo. Se debe continuar con el proceso de denuncia porque se realizó bajo irregularidades evidentes. Cuando hablamos de restaurar Xochimilco hablamos de regresarle su dinamismo ecológico, cultural y social que tiene, y por lo que ocurrió en Cuemanco, entendemos que las autoridades de la Ciudad de México no están en ese camino”, afirma.

TURISMO ERRÓNEO. Luis Zambrano, miembro del Leopold Leadership Program de la Stanford University y encargado de la contabilización de axolotes en Xochimilco, señala que los mexicanos tenemos una visión anómala de modernidad que desde el porfiriato ha amenazado ecosistemas.

“Tenemos una obsesión como sociedad mexicana de que el turismo nos va a rescatar de todo problema como si fuera una varita mágica para generar desarrollo, es clarísimo que no es así, lo podemos ver en Cancún donde ha generado una desigualdad entre la gente local”, indica.

La visión en Xochimilco es igual y un ejemplo fue cuando la administración de Marcelo Ebrard quiso hacer el acuario más grande para resolver el problema de contaminación, añade Zambrano.

“Un cierto tipo de turismo se busca atraer a Xochimilco: el del alcohol, del mariachi y de echar relajo como si la trajinera fuera una cantina flotante en lugar de que se entienda su importancia”, expresa.

–¿Por qué se defienden las destrucciones en Teotihuacan y no en Xochimilco?

–No estoy en contra de que la gente vaya a tomar a Xochimilco pero uno no promueve una cantina en la Catedral o en Palacio Nacional o en la Pirámide del Sol, uno considera que son lugares de respeto histórico, social y político; bueno, Xochimilco es también eso.

“La vocación de Xochimilco es la producción agrícola que es la que nos da de comer y nos genera biodiversidad, no la atracción de cantina. Y si no existe el turismo cultural, en parte, es porque el Estado ha cometido el error de promover puentes y acuarios”.

RESCATAR CHINAMPAS. En el siglo XXI no se ha construido una nueva chinampa ya que éstas enfrentan varios problemas de conservación tales como el abandono, contaminación del agua, poco valor de la agricultura e instalación de invernaderos.

“Las chinampas se dejaron de construir desde hace mucho tiempo, las que existen ahora se construyeron hace cientos de años. Se han modificado en su forma y altitud, la zona lacustre se hunde aceleradamente año con año y ya no hay espacio por el mismo crecimiento de la ciudad”, detalla Rubén Rojas.

El biólogo indica que hoy el tema es la conservación de las chinampas que existen y el rescate de las abandonadas.

“Un estudio por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana de 2013 hablaba de que en toda la zona lacustre, Xochimilco-Tláhuac, había alrededor de 21 mil chinampas, de las cuáles sólo están activas 3 mil 500, el resto están abandonadas o inundadas”, afirma.

–¿Por qué se abandonan?

–Porque empieza a ser poco redituable para los productores al tener agua de mala calidad y poco mercado para su producción.

–¿Por qué los invernaderos son un problema?

–La diferencia entre la chinampa y el invernadero es el agua. La chinampa todo el tiempo tiene agua de forma natural, alrededor de ella hay canales que por capilaridad la mantienen húmeda todo el año. Un invernadero, por cuestión de temperatura, se le tiene que estar suministrando agua más frecuentemente y obviamente el gasto es más.

“Los invernaderos se orientaron hacia la producción de flores: nochebuena y cempasúchil, y para producirlas con un estándar de calidad se necesita inyectar a los sustratos pesticidas y agroquímicos, éstos se derraman hacia la zona lacustre, hacia los canales que presentan contaminación por aguas negras y también por estos agroquímicos”, responde.

En el Laboratorio de Restauración Ecológica del Instituto de Biología de la UNAM se trabaja el proyecto chinampa-refugio, es decir, rehabilitación de la chinampa en el ámbito productivo utilizando la metodología tradicional y cuidando que la producción de los chinamperos tenga un espacio donde vender.

“Lo que sigue es la etiqueta chinampera que permite al chinampero tener ingresos, pero eso tiene que ser apoyado por el gobierno, no puede ser apoyado por la UNAM porque nos dedicamos a generar información y no políticas públicas, podemos apoyar pero nosotros no las podemos hacer ni tendríamos por qué hacerlas”, advierte Luis Zambrano.

AXOLOTES ENFERMOS. En el libro editado por Turner, los autores explican que la mayoría de las colonias de axolotes en México están infectadas por el hongo quitridio, el cual ataca la piel de estos anfibios hasta matarlos.

“Este hongo no sólo afecta al axolote sino a todos los anfibios del planeta y es un hongo que se ha venido dispersando gracias al cambio climático, ha matado a una gran cantidad de especies en Costa Rica y ha llegado a México afectando a los axolotes, en particular, a las colonias, donde está encerrado”, detalla Zambrano.

Por eso es importante repensar la visión que tienen mucha gente bien intencionada sobre reintroducir axolotes, agrega el especialista.

“En este momento no se puede porque su probabilidad de que estén contagiados con ese hongo es muy alta, entonces lo que menos conviene es reintroducirlos. Lo que debemos hacer es mejorar el hábitat de Xochimilco para que los que hay adentro se recuperen”, indica.

Censo de ajolotes

Sobre la contabilización de axolotes que viven en la zona lacustre de Xochimilco, Zambrano explica que en 2004 había mil ejemplares por kilómetro cuadrado, en 2008 había 100 por kilómetro cuadrado, y en 2014 se contaron a 32 axolotes por kilómetro cuadrado. Este 2021 el biólogo espera tener una actualización de datos.

La nueva cifra depende hasta de las elecciones. Habíamos firmado un pequeño contrato con la alcaldía Xochimilco para hacer este conteo, que lo debimos haber hecho hace tres meses, pero llegaron las elecciones y no se pudo”.

Al respecto, Rubén Rojas comenta que la restauración de un ecosistema es lenta y los resultados se ven en el mediano y largo plazo. “Eso no necesariamente coincide con los momentos administrativos o políticos de los gobiernos, razón importante por la que no asumen este tipo de proyectos, los resultados no se darán en su gestión”.