Opinión

Sería grave para México prohibir la investigación en transgénicos

Sería grave para México prohibir la investigación en transgénicos

Sería grave para México prohibir la investigación en transgénicos

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En virtud de que actualmente existen señalamientos pidiendo prohibir los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) en México, 130 científicos hemos presentado recientemente en una carta al Presidente López Obrador, las razones para no prohibir su uso en nuestro país, ya que sería muy grave para México dejar de contar con esta tecnología. También hemos solicitado al Presidente un espacio para presentar los beneficios reales e importantes de los transgénicos para la salud y el medio ambiente y con ello desmentir los dos recientes, desafortunados y en muchos aspectos falsos, señalamientos del doctor Víctor Toledo (Secretario de la Semarnat) que dice que los transgénicos son “uno de los grandes males que la ciencia ha generado”. (Los científicos y la 4T: oposición ilegítima, La Jornada 8/13/19) y “Finalmente, el caso estelar de una ciencia anómala lo alcanzan destacados biotecnólogos de la UNAM y el IPN en su intento por introducir cultivos transgénicos de maíz y soya al territorio (…)” (Fracasos e irracionalidades de la ciencia en México, La Jornada 27/08/19). Para dar contexto a mi respuesta a Toledo en este asunto de los OGM y rebatir algunos de los señalamientos de “los fracasos e irresponsabilidades de la ciencia en México”, que no tienen sustento, son visiones parciales, limitadas, y muchos son falsos. Sólo se señalan problemas y abusos de la tecnología, y no se reconocen los muy amplios beneficios de la ciencia y la tecnología en bien de la humanidad. Está claro para muchos y lo sabemos por el impacto en los seres humanos, en nosotros, que la ciencia, el conocimiento científico generado por la humanidad es universal y de libre acceso la mayor parte, y el uso de la tecnología responsable nos ha permitido, por un lado, avanzar en el entendimiento del universo, del planeta y de la biodiversidad de la que formamos parte. El uso responsable de la tecnología derivada del conocimiento también ha permitido atender muchos problemas y necesidades. Como ejemplo, en el sector salud el uso comercial por menos de un siglo de las vacunas y los antibióticos, nos ha permitido contender con graves enfermedades por organismos patógenos (principalmente bacterias y virus) y por ello, se ha incrementado el promedio de vida en más de cincuenta años en México y en muchos lugares del planeta y ha permitido también vivir mejor y más sanos. No tienen sustento los señalamientos en contra del conocimiento científico y la tecnología responsable para entender y atender problemas. Ciertamente, el uso irresponsable sin conciencia de los efectos secundarios de la tecnología, como los dañinos insecticidas químicos, pueden causar daño y por eso hay que reducir su uso mediante las plantas transgénicas que no los requieren. En respuesta a lo que menciona Toledo sobre el abuso y el uso irresponsable del glifosato, que, por cierto, es un herbicida de baja toxicidad para controlar las malezas que no pertenece a las transnacionales, usado por los agricultores de todo el mundo hace más de 50 años, mucho antes de las plantas transgénicas que tienen 22 años, indudablemente el abuso del glifosato, puede causar daños en Sudamérica y en otros lugares, estamos de acuerdo. Sin embargo, sin el uso del glifosato, las malezas sobrecrecen a los cultivares y se pierden las cosechas. Kniss 2017, reporta y lo mencionamos en nuestro libro de Transgénicos. Grandes beneficios, ausencia de daños y mitos y en nuestras presentaciones como miembro de El Colegio Nacional, que en EU el uso responsable del glifosato para controlar las malezas, bajo los lineamientos de las agencias USDA y FDA, es responsable de una muy baja toxicidad (contribuyendo en varios años con sólo el 0.01% en maíz). Por eso, en EU se sigue usando el glifosato de manera responsable bajo los lineamientos de las agencias para controlar las terribles plagas de las malezas. En Europa, después de una discusión importante y detallada, se renovó el uso del glifosato en el campo europeo bajo la guía y condiciones de la EFSA. También Canadá acaba de renovar su uso responsable. Es lamentable que, en muchos lugares, en particular en Sudamérica, se abuse, se dañe y se contamine por el uso irresponsable del glifosato.

En EU, donde más del 90% de los cultivares comerciales son transgénicos; maíz, soya y algodón, se ha demostrado que no hay incremento en ningún tipo de cáncer por el uso de estos cultivares resistentes a las plagas de insectos que ya no usan los contaminantes, dañinos insecticidas químicos (algunos carcinogénicos) como el malatión, que seguimos usando en México para eliminar las plagas de insectos que son inespecíficos y eliminan todos los insectos benéficos, como las abejas. México importa al igual que Europa, maíz transgénico desde hace más de 20 años, libre, insisto, de los dañinos insecticidas químicos que ya no requieren, que no usan las plantas transgénicas, porque el control es biológico y en donde el control de las malezas es responsable con el glifosato, conforme a las especificaciones de la USDA. Se ha reducido de manera importante el uso de los dañinos insecticidas químicos en el campo en EU (Brooks y Barfoot 2014) y por ello el maíz transgénico es sano, libre de estos contaminantes dañinos y algunos carcinogénicos insecticidas químicos y el uso responsable del glifosato es la razón. Se reitera, cientos de millones de humanos en todo el mundo consumimos maíz y soya transgénicos y sus productos procesados. Miles de millones de animales también sin daño por más de 20 años. Se están adoptando en muchos lugares. Más de 2000 publicaciones científicas y técnicas (incluyendo cientos de las agencias responsables de la seguridad alimentaria en varios países FDA y FSA), sustentan la inocuidad y los beneficios reales de los OGM.

Es necesario e indispensable para la sustentabilidad del planeta dejar de usar en el campo los contaminantes y dañinos insecticidas químicos y eso ya se logra por el uso de las plantas transgénicas que no requieren estos dañinos productos en EU y en otros lugares. Espero lo acepten los detractores de esta tecnología, ya que si no, seguiremos usando en México los envenenantes insecticidas químicos para fumigar, eliminar las plagas de insectos y sólo para el maíz en 2014, se usaron 3 mil toneladas de para 10 millones de hectáreas para contender sólo con las plagas de maíz teniendo las alternativas transgénicas (Blanco et al 2014). Es muy importante, es vital dejar de usar los herbicidas y los insecticidas químicos como el malatión. Se presentan varios metaanálisis en el libro donde se demuestra que se ha reducido el uso de los insecticidas químicos y se presentan sus beneficios; uno de 147 estudios, de Klümper y Qaim 2014, que revela que “en promedio, la adopción de esta biotecnología ha reducido 37% el uso de pesticidas químicos, ha incrementado la productividad de las cosechas en 22% y ha incrementado las ganancias de los agricultores en 68%”. Se reitera, se han desarrollado cultivares transgénicos que ya no usan el glifosato para controlar las malezas porque pueden crecer en fosfito en lugar de fosfato como fertilizante para crecer y las malezas no crecen y por ello no hay que agregar glifosato o herbicida para controlar malezas. Hemos insistido, ésta es una biotecnología que está en proceso de comercialización por Luis Herrera y colaboradores en el Cinvestav y no pertenece a las transnacionales. Existe la posibilidad de dejar de usar no sólo los dañinos insecticidas químicos para eliminar las plagas de insectos, sino también los herbicidas químicos, con esta extraordinaria y responsable tecnología biológica y lo hemos estado señalando desde hace tiempo, para contender con la sustentabilidad del ambiente sin el uso de los dañinos y contaminantes insecticidas y herbicidas químicos y para producir alimento sano, libre de los insecticidas químicos.

*Investigador emérito de la UNAM y miembro de El Colegio Nacional

Francisco Bolívar Zapata es fundador del Instituto de Biotecnología de la UNAM.(Foto: Archivo)