Opinión

Sin naturaleza ¿habrá futuro?

Sin naturaleza ¿habrá futuro?

Sin naturaleza ¿habrá futuro?

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Como cronista me es imperante hablar de los temas que son hito en los procesos sociales contemporáneos, tal es el caso de la serie que hoy está acaparando la atención del público de Netflix y me refiero a la serie alemana de Dark donde se plantean brincar en lapsos tiempo de 33 años.

A partir de ello vale la pena destacar que en los últimos 33 años en el mundo se han perdido más de 180 millones de hectáreas de bosques, lo cual equivale a 21 canchas de futbol por minuto, 1/3 parte del Cambio Climático deriva de la pérdida de Biodiversidad, de la cual la mayoría es a causa directa de la deforestación; asimismo, el consenso científico ha llegado a la conclusión de que enfermedades como el COVID-19 provienen de animales cuyos hábitats estamos destruyendo. A su vez, México en el mismo periodo ha perdido una tercera parte de sus bosques.

Aunado a esto, las emisiones de gases de efecto invernadero resultantes principalmente de la quema de hidrocarburos y carbón han puesto a nuestro presente en una realidad climática complicada, donde a la vez el riesgo de nuevas pandemias se va incrementando.

Ahora bien, ¿Qué pasaría si pudiéramos viajar 33 años al pasado como en la serie de moda de Netflix Dark? Llegaríamos casualmente a 1987, cuando se habló por primera vez de sostenibilidad en el reporte de Brundtland, y la necesidad de hacer un cambio urgente ante la depredación acelerada de la naturaleza. Y mucho antes que ello los pueblos indígenas nos venían advirtiendo de la necesidad de que como humanidad implementemos formas de vida en armonía con la naturaleza.

Hoy, 33 años después, estamos sufriendo las consecuencias de no haber actuado y el #COVID-19 es apenas uno de los resultados, como si la pandemia sólo fuera el temblor que cimbra previo a la llegada del tsunami del cambio climático. El hecho, es que NO podemos cambiar el pasado, y aunque pudiéramos viajar como en la serie #Dark de Netflix para hacer un cambio significativo, ese cambio crearía una dimensión paralela que quizás podría salvarse; sin embargo, eso no salvaría nuestra dimensión. De esta manera, de acuerdo a las leyes de la física moderna no podemos cambiar lo que ya pasó, pero sí podemos lo que pasará, cambiar nuestro futuro.

Para este propósito de reescribir nuestro destino existen loables esfuerzos en todo el mundo, a los cuales se les debe dar todo el impulso y prioridad en la agenda pública y política del país, por ejemplo el esfuerzo de la alianza de #turismodelfuturo y de uno de sus principales convocantes Rodolfo Salinas —quien me honra en ser coautor de esta columna— cuyas aportaciones están siendo integradas en el programa de México Renace Sostenible a través de la Estrategia de Turismo Sostenible 2030 que lidera la secretaría de Turismo y que encabeza el Lic. Miguel Torruco en donde se da una preponderancia como nunca antes en la historia, al turismo sostenible, comunitario, de naturaleza y todo con la participación y compromiso de múltiples actores.

Para comprender las implicaciones que esto viene a resolver basta con poner atención al viajar y encontraremos las mismas artesanias “mexicanas” en Los Cabos o en Cancún, donde sólo cambia el nombre del destino y por detrás aparece el “hecho en China” y podremos disfrutar de extravagantes “buffets de comida internacional” que son exactamente iguales en cualquiera de los destinos turísticos, esto en un país que tiene de las mejores artesanías y cocinas del mundo, consideradas patrimonio de la humanidad por lo que México debería dominar el mundo en lo culinario.

En pocas palabras sin naturaleza no habrá futuro, el destino nos alcanzó, el futuro es hoy y el tsunami del cambio climático ya viene, urge reaccionar.

César Daniel González Madruga “el siervo" @CesarG_Madruga y Rodolfo Salinas @NatoureOrg