El Sínodo de los obispos que se celebró este mes relacionados con los jóvenes recomendó en el documento final aprobado en sus 167 puntos y 60 páginas, que se favorezca aceptar en la Iglesia a las personas homosexuales y no se discrimine por la orientación sexual.

El más controvertido de los 167 puntos aprobado fue el dedicado a la sexualidad y las inclinaciones sexuales.

En el punto 150 se explica que en el Sínodo “se reafirma que Dios ama a todas las personas y así lo hace la Iglesia, reiterando su compromiso contra cualquier discriminación y violencia sexuales”.

Aunque en el documento se especifica que la Iglesia “reafirma la antropológica diferencia y reciprocidad entre hombre y mujer” también “retiene que es algo restrictivo definir la identidad de las personas a partir únicamente de su orientación sexual” y explican que en muchas comunidades ya existen “caminos para acompañar en la fe a personas homosexuales”.