Opinión

Sociedad, democracia y planeación

Sociedad, democracia y planeación

Sociedad, democracia y planeación

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
Manuel Canto Chac*

Uno de los ejercicios más importantes en la vida pública del país es la elaboración y aprobación del Plan Nacional de Desarrollo (PND), toda vez que en éste se definen los objetivos a alcanzar por los gobiernos a lo largo de su gestión. El PND 2019–2024 había generado muchas expectativas, puesto que en él se debían precisar las líneas de acción de la actual Presidencia de la República, cuya oferta principal fue el cambio sustancial de la política y de la gestión pública, pero además de ello, por ser el primero que la Cámara de Diputados aprobaría y no sólo conocería, como ocurría en el pasado. La reforma de 2014 al artículo 74 de la Constitución del país, propuesta inicialmente por organizaciones sociales y civiles, le otorgó a ese órgano parlamentario la función de “Aprobar el Plan Nacional de Desarrollo”.

Es posible que por la diversidad de temas que han estado en la agenda pública desde que se conocieron los resultados electorales en julio del año pasado, y que se han venido acumulando hasta el presente, la elaboración del Plan no suscitó la discusión pública que se esperaba, ésta tampoco se intensificó a su paso por la Cámara de Diputados, dada la mayoría del partido de origen del Presidente, el PND fue aprobado sin tener cambios de importancia. El resultado fue un documento de orientaciones generales del que se echa de menos la existencia de objetivos y estrategias precisas.

El proceso de planeación de la administración pública federal se inicia con la elaboración del PND, mismo que debe contener los objetivos y estrategias generales para todo el período de gobierno. De este plan se derivan los Programas Sectoriales que convierten las orientaciones generales en objetivos y estrategias específicas para las secretarías de gobierno que concurren en un mismo tema (economía, desarrollo social, por ejemplo), de éstos a su vez se derivan los Programas Institucionales, en los que cada secretaría y organismo público descentralizado establecen sus objetivos y estrategias concretas que, finalmente, se expresarán en los programas operativos en los que se establecen las acciones y los recursos presupuestales con los que se proporcionarán los bienes y servicios públicos a la ciudadanía. El segundo paso en el proceso de planeación, la operacionalización de los propósitos del PND a través de los Programas Sectoriales, está próximo a concluir, la ley establece como límite el último día de este año. La proximidad de esta fecha urge a que la sociedad emita sus opiniones sobre los objetivos, las prioridades y las estrategias que deberán guiar a la administración pública en los siguientes cinco años.

Referiré tres argumentos, adicionales al propio mandato participativo que establece el artículo 26 constitucional, que fundamentan la importancia y urgencia de la intervención social en la planeación pública. El primero se relaciona con los propósitos ya expresados del PND 2019–2024, éste afirma que: […] el gobierno federal impulsará una nueva vía hacia el desarrollo para el bienestar, una vía en la que la participación de la sociedad resulta indispensable. La participación de la sociedad no puede reducirse a un Sí o un No sobre los asuntos públicos que se le consulten, para que la participación ciudadana sea efectiva se requiere también que ésta aporte argumentos en el debate e intervenga en las decisiones, tal como lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Declaración de las Naciones Unidas sobre el Derecho al Desarrollo. El segundo argumento es de orden práctico, la planeación, en sociedades democráticas, para ser eficaz requiere de la construcción de consensos que hagan posible la acción gubernamental y en torno de la cual cada sector de la sociedad haga lo que le corresponde para alcanzar los objetivos construidos colectivamente, sin estos acuerdos los resultados de la planeación tenderán a quedar muy por debajo de sus propósitos. El tercer argumento es operativo, pero no por ello menos importante, el presupuesto, el cual se asigna en función de los objetivos de la planeación, concretizados a partir de la correspondencia entre Plan Nacional –Programas Sectoriales– Programas Institucionales. Esta forma de asignación permite a la sociedad valorar el uso dado a sus recursos a partir de los logros y los pendientes en el cumplimiento de los compromisos del gobierno establecidos en la planeación. De esta manera se tendrá una idea y una opinión más informada del desempeño de los gobernantes, más allá de las normales filias o fobias.

Con el fin de contribuir a que la opinión pública se exprese sobre la actual etapa de la planeación —asunto tan urgente como crucial para la vida del país— es decir, sobre del aterrizaje del PND en los Programas Sectoriales, las cinco unidades de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) convocarán próximamente a la realización de foros en los que sus académicos dialogarán con funcionarios públicos y con miembros de organizaciones de la sociedad civil sobre los temas centrales de esta etapa correspondiente a la próxima aprobación de los Programas Sectoriales: la planeación y la ciudadanía, los derechos humanos y el desarrollo socioeconómico, las cohesión social, el medio ambiente, el desarrollo urbano, el arte y la cultura, la educación superior, los presupuestos y los programas operativos. Se trata de Conversatorios en los que de manera organizada y ágil se intercambiarán puntos de vista, propuestas e información. Estos conversatorios serán grabados y puestos a disposición de la sociedad a través de la página web de la UAM, el mismo día en que se produzcan. Posteriormente, una síntesis de los resultados de los conversatorios estará a disposición del público. Con esta acción se da un paso más en el compromiso de esta universidad —dado su carácter público— de aportar sus conocimientos y dialogarlos con la sociedad de manera concreta y oportuna sobre los asuntos que a todos nos atañen, contribuyendo también así al desarrollo de nuestra democracia.

*Profesor–investigador del

Departamento de Política y Cultura de la Unidad Xochimilco de la

Universidad Autónoma Metropolitana