Sri Lanka comenzó ayer a enterrar a las víctimas de los atentados del domingo a tres iglesias y tres hoteles de lujo, una matanza que según el último balance oficial ha dejado 321 muertos y 521 heridos.

El ascenso de la cifra de muertos coloca ya al atentado que tiñó de sangre la pascua en Sri Lanka como el cuarto peor ocurrido en el continente asiático en lo que va de Siglo XXI y el peor ocurrido fuera de Iraq, donde en 2014 Estado Islámico mató a 1,566 personas, a 346 en 2016 y en otro atentado produjo 795 muertos en 2007.

Al menos 45 de los muertos eran niños, y un número similar de menores sufrieron heridas graves, según reveló ayer UNICEF, mientras que 38 de los muertos eran extranjeros.

Además, la pena de las víctimas se ensombreció aún más cuando el Estado Islámico asumió ayer la autoría del atentado, lo que reforzaría la teoría lanzada el lunes por el gobierno esrilanqués de que tal barbaridad fue obra de un grupo terrorista nacional pero ayudado desde el extranjero. Aún así, la declaración oficial del gobierno de Colombo mantiene que el autor material del ataque fue el grupo islamista local National Thowheeth Jamath.

VENGANZA. Mientras prosiguen las investigaciones, por las que ya ha habido más de 20 detenidos, el vicesecretario de Defensa de Sri Lanka, Ruwan Wijewardene, anunció ayer que el gobierno baraja la idea de que los atentados fueron una venganza por la matanza de Christchurch, en Nueva Zelanda, donde un supremacista blanco mató en dos mezquitas a 50 personas.

LA ADVERTENCIA INDIA. Por otra parte, la cadena CNN reveló ayer que al menos buena parte del informe “inusualmente específico” que el gobierno de India dio a Sri Lanka sobre la masacre que se avecinaba, y que fue ignorado en Colombo, se construyó gracias al testimonio de un sospechoso de terrorismo detenido e interrogado por Nueva Delhi.

El hombre habría mencionado que entrenó a un terrorista en Sri Lanka llamado Zahran Hashim, quien fue identificado como uno de los terroristas suicidas que atentó el domingo, y que, de hecho, quedó registrado por las cámaras de seguridad caminando cerca de una de las iglesias con una gruesa mochila en su espalda.