Nueva Zelanda vivió ayer su “día más sombrío” tras los ataques perpetrados ayer en la mañana, hora local, contra dos mezquitas en Christchurch, en los que murieron al menos 49 personas y otras 48 quedaron heridas.

Los ataques se produjeron a plena luz del día y en momentos en que centenares de musulmanes realizaban la oración de los viernes. Murieron 41 personas en la mezquita de Al Noor, muy cerca del Jardín Botánico de la ciudad, y otras 7 en la mezquita de Linwood, a unos 6.5 kilómetros al este de la primera. Otra persona murió luego en el hospital.

MANIFIESTO SUPREMACISTA. La policía neozelandesa arrestó a cuatro personas, tres de ellas presuntamente vinculadas al ataque, y a otra que luego quedó en libertad.

Ninguna de las personas tenía antecedentes en el país, aunque el autor material del tiroteo, identificado extraoficialmente como Brenton Tarrant, un australiano de 28 años, publicó en las redes un manifiesto de 76 páginas en el que justificó su plan terrorista y se refería a los musulmanes despectivamente.

El sospechoso compareció en la mañana del sábado, hora local, ante un tribunal, y le imputaron cargos por asesinato. También procesaron a otro detenido, un joven de 18 años, por incitar al odio racial.

TERRORISMO. “Está claro que esto sólo puede ser descrito como un ataque terrorista. Por lo que sabemos, parece haber sido bien planeado”, dijo la primera ministra, Jacinda Ardern, que expresó “la condena más fuerte posible contra la ideología” de los responsables.

Ardern prometió que endurecerá las leyes para portar armas en Nueva Zelanda tras el atentado. Actualmente, cualquier persona mayor de 16 años necesita sólo una licencia básica de posesión para poder comprar y poseer cualquier tipo de rifle y sin registrarse en ninguna lista oficial.

TRANSMITIDO EN VIVO. Tarrant transmitió en vivo el ataque durante 17 minutos. y en las imágenes se ve cómo el individuo recorre las habitaciones de la mezquita y dispara a bocajarro con armas semiautomáticas contra personas indefensas.

“RECARGÓ SIETE VECES”. “Había un banco, puse la mitad de mi cuerpo debajo y mis piernas quedaron fuera, intentado que pareciera que no respiraba y él cambió los cargadores siete veces.... Fue a los diferentes compartimentos y disparó por doquier”, explicó Farid Ahmed a la prensa.

El equipo de críquet de Bangladesh debía disputar ayer un partido en la localidad y escapó de la matanza porque ocurrió antes de que llegaran a la mezquita.