No son pocos los financieros que temen un ajuste en el grado de inversión de la deuda soberana del país.  Algunos, incluso, ya se preparan para recibir el golpe en las señales de confianza en el desempeño de la economía y, sobre todo, de Pemex, justo ahora que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha dejado en claro que para la paraestatal se destinarán todos los recursos posibles y que la refinería de Dos Bocas es una prioridad. El problema es que esa correlación de impactos entre Pemex y el PIB coloca a la economía al filo de la navaja. Por ello, los empresas mexicanas revisan sus estrategias y planeación financiera para reducir su nivel de exposición a estos riesgos. Corporativos como Televisa que acaba de realizar una emisión de bonos para incrementar el refinanciamiento de sus pasivos en 250 millones de dólares respecto a los 500 millones que había anunciado recientemente. La calificadora Standard & Poor’s ya le había asignado una calificación de BBB+ a las Notas Senior no garantizadas del corporativo.  Ahora, dice S&P, el Grupo Televisa no sólo utilizará recursos para refinanciar con mejores costos sus pasivos sino que mejorará el perfil promedio de sus vencimientos.

Pemex usa tarjeta de crédito

Ustedes recuerdan que, recientemente, Pemex contrató con tres bancos (HSBC, JP Morgan y Mizuho) un financiamiento por 8 mil millones de dólares a una tasa Libor más 2.35 puntos, una tasa cercana al 5 por ciento. Se dijo que es una buena noticia tomando en cuenta la situación de la petrolera y que representaría la confianza de la banca. El pasivo de Pemex suma ya másde 3.6 billones de pesos,  lo que significa una pesada y costosa carga financiera. ¿Habría podido Pemex colocar bonos? ¿La calificadoras —Moody´s, S&P o Fitch Ratings— habrían dado una buena nota? Difícil.

La Secretaría de Hacienda, a cargo de Carlos Urzúa, y Pemex, que lleva Octavio Romero, informaron que durante más de cinco meses negociaron con la banca el crédito por 8 mil millones de dólares. También se dijo que la estrategia la diseñó el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y que José Antonio Meade le sugirió el acercamiento con los bancos. Puede ser. Lo que es un hecho es que en los documentos públicos de Pemex se precisa que entre 2017 y 2018 los Directores de Finanzas de la petrolera tuvieron la precaución de negociar y firmar con un grupo de bancos, entre los que se encuentran HSBC, JP Morgan y Mizuho (que también participó en la colocación de bonos de Pemex en mercados asiáticos),  las líneas de crédito para proteger a la empresa de problemas de liquidez. Se firmó, en otras palabras, desde la administración del PRI una especie de tarjeta de crédito que sólo debía usarse en casos de emergencia. El problema es que se tuvo que acudir con ella a costos más altos porque los reportes de Pemex señalan tasas de Libor más un punto. En fin que Pemex no tenía muchas opciones.

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