Escenario

The Strokes dejó sabor agridulce en su paso por el Corona Capital

La banda cerró el primer día con un show más corto de lo que se había anunciado, aunque con un recorrido exitoso por su trayectoria

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The Strokes dejó sabor agridulce en su paso por el Corona Capital

The Strokes dejó sabor agridulce en su paso por el Corona Capital

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Tras el cierre de edición de Crónica Escenario, el pasado sábado 16 de noviembre, el primer día de la décima edición del festival Corona Capital culminó con un cartel que remontó a sus primeras ediciones.

Una escena indie que se posicionó fuertemente a nivel internacional durante los últimos años de la década de los noventa y principios de los dosmil, fue la encargada de inspirar la esencia del festival en todas sus formas, desde ese clásico ­outfit protagonizado por calzado estilo Vans, jeans negros y camisa tipo mezclilla, hasta los stands de todo tipo de marcas, que ofrecían escenarios luminosos que remontaban a esa adolescencia-juventud de quienes conforman la mayor parte del público asistente, adultos de entre 25 y 35 años de edad.

Por ello no fue extraña que la primera entrega concluyera con proyecto que, si bien no pertenece a dicha época, mantiene ese estilo sonoro, tal es el caso de las presentaciones de The Door Cinema Club o The Japanese House, encargados de cerrar los escenarios Corona Light y Seat, respectivamente.

Pero apelando a la era melancólica, algunos de los números más esperados fueron sin duda Weezer (Doritos) y Franz Ferdinand (Corona), siendo éste último el de mayor explosión y convirtiéndose en uno de los favoritos de la noche, por esa singular simpatía y entrega arriba del escenario.

Por su parte, The Strokes, el número principal del primer día, hizo lo propio con un repaso por esos icónicos éxitos como “Reptillia”, “Juicebox”, “Last night” y “Someday”, por mencionar algunos. Sin embargo, algo que levantó la ceja de algunos asistentes y de la prensa fueron los 23 minutos que fueron recortados de su horario, saliendo a destiempo y terminando antes de lo pactado.

No obstante, los 97 mil asistentes que acudieron—de acuerdo a datos de los organizadores— son quienes podrán argumentar si la experiencia fue enriquecedora o no. Lo cierto es que aspectos en la logística previamente anunciada, quedaron a deber a primera impresión.

Las torres de vigilancia que se implementaron bajo el objetivo de mejorar la seguridad, en realidad se trataron de simples plataformas de las que los elementos no podían descender. Mientras que el productor del festival aseguró que contarían con el personal para auxiliar a cualquier persona que lo necesitara, en realidad los vigilantes sólo supervisaban, no existía tal atención.

Aunque sí fue evidente el aumento de los elementos de seguridad a pie, hubo casos de robos de celular nuevamente, que aumentaron la fama del festival como el de mayor casos de robo hormiga, que se pretendía desmentir. Sin embargo el evento apenas llegaba a la mitad y las expectativas por el segundo día aún eran altas.