La muestra Toledo ve es un legado del maestro hacia los diseñadores jóvenes, en el que se muestra cómo un artista plástico es, también, un agente social, cultural y humanista. Francisco Toledo (1940-2019) Fue un hombre que siempre creyó y fomentó la cultura popular, no sólo de Oaxaca, sino del mundo, señaló Lluvia Sepúlveda Jiménez, directora del Museo Nacional de Culturas Populares.

La que ahora es su última exposición en vida, reúne más de 850 piezas para formar una visión panorámica de su obra y, para celebrarlo a través de ella, la entrada es libre durante este fin de semana, aseguró la directora en entrevista telefónica con Crónica.

“Queremos que la gente vaya, explore, acompañe al maestro y a su familia celebrando su obra. Toledo ve es una exposición en la que durante su elaboración, Toledo se involucró mucho. Estaba muy contento y emocionado en hacer este proyecto en culturas populares porque es un tema muy cercano para él, los pueblos indígenas, la cultura popular. Por eso, qué mejor que la gente acceda de forma gratuita a la exposición”.

Toledo ve presenta el diseño de objetos decorativos y utilitarios que hizo el maestro desde los años 70, desde textiles, objetos en vidrio, piel y joyería, hasta conchas de tortugas intervenidas, los papalotes de los 43 y carteles en contra del maíz transgénico, entre otros.

De alguna manera, su trabajo es una radiografía de la flora y fauna endémica de Oaxaca como grillos, cocodrilos, alacranes, entre otros, así como de las tradiciones y lucha social, en nuestro país. “Su faceta como diseñador es conocida, pero no tan ampliamente como su obra plástica. Sin embargo, el maestro tenía una gran pasión por el diseño, la creación de objetos que sirvieran en el mundo cotidiano y, que a la  vez, mezclarán su lenguaje, iconografía e imaginario”.

Francisco Toledo, explicó, les muestra a los artistas jóvenes que pueden inspirarse de lo que encontramos en el mundo, a su alrededor y en los objetos de la cultura popular.  “No es necesario voltear a ver Europa o a Estados Unidos para hacer diseño. Lo único que necesitan es formar una mirada a lo que hay a su alrededor, aquí en México, y a partir de ahí inspirarse a crear objetos utilitarios y decorativos”.

“Nos interesa que la gente siga conociendo este trabajo y que sea recordado porque más que ser la parte de diseño de la vida cotidiana, es el resultado de talleres, obra social y cultural, así como luchas sociales, tal fue la defensa del maíz, entre otras”.

Toledo fue un hombre muy generoso, no sólo como artista, sino siempre involucrado en causas sociales como en la defensa del maíz nativo contra los transgénicos y  de las reservas ecológicas de la ciudad de Oaxaca. “Fue un hombre muy congruente y un motor de la vida cultural y activismo en su entidad natal, Oaxaca, y de México”.

BELLAS ARTES. El Museo Nacional de Artes Populares, el Palacio de Bellas Artes y el Complejo Cultural Los Pinos han dedicado un espacio en  memoria de Francisco Toledo,  en el cual,  la gente puede acercarse  y ofrendar al maestro.

Al pie de la exposición Toledo ve, la fotografía del maestro recibió rosas, crisantemos, lilis y un alebrije, pues “a Francisco hay que llevarle sapos, ranas, chapulines y escarabajos; sus seres mitológicos, con los que convivía y en los cuales encontraba belleza. De él aprendimos a reconectarnos con el arte africano, de las costas”, dijo el visitante Jorge Bustamante.

Amaranta Ruiz sintió que el gesto de traerle flores era señal de respeto y decidió hacerlo en el Museo Nacional de Artes Populares ya que junto a su obra es lo más cercano que puede estar de él. “Duele saber que ya no va a estar ahí para encabezar las luchas ambientales del maíz, los cerros y no saber qué va a ser de sus espacios”.

“Compartió sus casas a la ciudad de Oaxaca para hacer museos. Es un gesto muy grande de Toledo que haya prestado sus espacios, compartido su cultura, libros, películas y la fonoteca, que en tiempos en que nadie oía Spotify, ahí podías buscar música de otros lados del mundo”.

Ayer, el Palacio de Bellas Artes abrió sus puertas al público a partir de las 12:30, hora a la que comenzaron a llegar los primeros visitantes. “Conocí a Francisco Toledo hace 30 años en una exposición de Guadalajara. Me hizo ver un México, insectos y colores de la tierra, increíbles; después, vi todo lo que hacía en Oaxaca y aprendí a ser activista, a ver la realidad”, dijo Jimena Olavarría al despedirse frente a la fotografía tomada por Graciela Iturbide, la cual recibe a la gente en el vestíbulo del recinto.

Al frente de Bellas Artes, Daniela Muciño y Pamela Nava volaron papalotes para retomar la idea de que a través del cordón y del aire, se trae a nuestros muertos. “Francisco Toledo tenía un mensaje de vida. Es importante que esa luz que encendió, no se pierda, que la lucha por el maíz se mantenga, la revaloración de las practicas y expresiones indígenas se mantengan”.

Homenaje en Oaxaca

Por otra parte, en Oaxaca, el gobernador, Alejandro Murat, decretó duelo en el estado por la muerte del artista. El gobierno del estado realizó además un homenaje en el Teatro Macedonio Alcalá, en el centro histórico.

El inmueble fue abierto para un homenaje, que no duró más de 10 minutos. La proyección de un video en el que se aprecia al maestro de la gráfica expresar su gratitud por la vida y su deseo de ser recordado como “un padre que no fue tan malo”, así como una guardia de honor, también con un retrato como figura principal, fueron el marco para que el gobernador Alejandro Murat y la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, mostraran sus respetos.

En el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), fundado por Toledo, se montó un altar en memoria del artista, cuyo retrato al óleo descansa en una mesa de pequeñas proporciones, rodeado de flores.

Anoche en Bellas Artes, la Orquesta Sinfónica Nacional dedicó su concierto de apertura en homenaje a Francisco Toledo.