Opinión

Tolerancia, represión y alcahuetería

Tolerancia, represión y alcahuetería

Tolerancia, represión y alcahuetería

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Posiblemente nada sea superior en el discurso oficial a las invocaciones juaristas. Don Benito es en sí mismo un  apotegma.

Su pétreo rostro de indio hierático, su estoicismo hasta en el momento de la muerte (¡me está usted quemando, doctor!), lo hacen el favorito de toda cita en cuyo contenido se expresan la incorruptible condición  del héroe (toda estatua de piedra resiste la corrupción), y la sencilla y ni en su tiempo cumplida cantaleta de la majestad de la ley, lo cual no sería sino la formalización de la autoridad suprema del Estado.

El Estado se sustenta en la Ley y ésta le da forma al Estado.

Es simple, no se necesita ser ­Meinecke para darse cuenta. Pero el Estado necesita y crea instituciones para manifestar su solidez y su capacidad operativa a través del gobierno. Por eso, si la soberanía reside en el pueblo, la vigencia de la soberanía se expresa a través de las instituciones.

Pero si éstas pueden ser transformadas o trastocadas, según el caso, también pueden ser traicionadas o pervertidas. En este conjunto de mutaciones no se sabe dónde comienza la anarquía y termina la revolución.

En las actuales condiciones de la autodefinida IV-T, comprendida como el conjunto de cambios profundos por los cuales se cambiará el régimen, no el gobierno, es decir, se modificarán las instituciones hasta crear en sentido inverso una nueva formulación del Estado subsidiario paternal de bienestar material y moral (¡uf!), la conducta tolerante (tarde o temprano se vuelve estimulante), se está acercando gravemente a la alcahuetería institucional.

La palabra alcahuete, cuya raíz arábiga nos lleva a los mensajeros del adulterio, se ha convertido en nuestros días en sinónimo de estímulo cómplice de conductas indebidas al amparo de la más laxa de todas las interpretaciones garantistas: el derecho a la manifestación, herramienta tumultuaria con la cual el hoy jefe del Estado se encumbró desde la industria de la protesta hasta la silla presidencial, resuena en cada discurso de la mal entendida tolerancia.

Éstos son algunos ejemplos de la erosión  institucional por falta de respaldo a la legítima dignidad de las instituciones, en especial las relacionadas con el orden público y el combate a la delincuencia. Siempre será más fácil implicar a un contribuyente irregular o fraudulento, mientras se tolera  a un pueblo amotinado en favor de los huachicoleros.

“…Nosotros no luchamos para crear una dictadura, nosotros luchamos para crear una auténtica democracia y en la democracia no hay pensamiento único. No debe haber autoritarismo, no debe haber censura, no debe haber represión, no debe haber uso de la fuerza. La democracia es pluralidad, es debate, es derecho de réplica…

“…nosotros vamos a respetar el derecho a la libre manifestación de las ideas, no va a haber ninguna censura. Aquí vuelvo a decirlo, porque no falta quienes estén pensando, porque creen que somos iguales, iguales de autoritarios como los conservadores…

“… la recomendación es que no haya abusos de poder, que no se abuse de la fuerza, que se actúe con respeto a los derechos humanos, que no suceda lo de antes, que había razias y masacres.

“Eso está prohibido, no se permite, no se tolera en el gobierno, esa actitud que desgraciadamente llevaron a la práctica y que en vez de resolver el problema lo agravó, porque existe esa mentalidad en el conservadurismo, esa mentalidad autoritaria de querer resolver todo por la fuerza, y de arrasar.

“Eso no, se tiene que respetar la vida de las personas. Y nada de que son delincuentes. No, son seres humanos todos y nadie está autorizado para ajusticiar, para rematar heridos, para masacrar. Está haciendo el Ejército y la Marina un gran esfuerzo, además actuando con mucha responsabilidad y también les diría que por convicción para regular el uso de la fuerza y no violar derechos humanos.

“…Por cierto, hoy estuvieron los de la Central de Abasto, y que ya dejen de estar de groseros también, eso no está bien. También conozco a los comerciantes de la Central de Abasto, siempre muy bien portados, o sea, hoy se pasaron, tache.

“…Pero para terminar esto, decirles que se encontró (encontraron) en Amozoc bodegas clandestinas donde se almacenaba gas, perdón, es Acajete, estoy hablando de Amozoc. Acajete, ahí fue el incidente con la Guardia Nacional. Pues en esa zona almacenes de instalaciones con gas, pipas de distribución de gas, empresas que operaban toda esta región.

“…Entonces, pedirles que nos portemos bien todos”.    

SAT. Habla la responsable de los impuestos en México, Margarita Ríos y dice, la falta de solidaridad fiscal es salvaje en este país.

No, lo salvaje sería en todo caso, la defraudación o el terrorismo fiscal. Los extremos se tocan.

Twitter: @CardonaRafael
rafael.cardona.sandoval@gmail.com
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