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Tras un mes desaparecido, Daniel Ortega regresa para justificar su falta de medidas ante la pandemia

"Aquí, si se deja de trabajar, el país se muere, el pueblo se muere", justificó Ortega, quien no explicó su larga ausencia

Tras un mes desaparecido, Daniel Ortega regresa para justificar su falta de medidas ante la pandemia

Tras un mes desaparecido, Daniel Ortega regresa para justificar su falta de medidas ante la pandemia

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La última vez que Nicaragua había sabido algo de su presidente era el 12 de marzo; ahora, tras un mes desaparecido, en que desató todo tipo de rumores al ser el único jefe de estado de América que no había dado la cara en medio de la pandemia de COVID-19, el mandatario reapareció este miércoles para justificar su falta de medidas de prevención ante el coronavirus.

Ortega apareció en televisión sentado junto a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, rodeado de flores y de banderas de su partido, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, y del país, que lidera con mano de hierro desde hace 13 años (en su segunda etapa como presidente).

Pese a las especulaciones, Ortega no dio ninguna explicación acerca del porqué de su larga ausencia, y, en cambio, dedicó largo rato, del total de media hora que duró su discurso, a criticar a las potencias occidentales por gastar en armamento en lugar de salud.

Ortega aseguró que su gobierno ha estado “librando la batalla” contra el coronavirus, que, según un balance oficial que poca gente en el país y en el mundo se cree, ha causado 9 contagiados y un fallecido en Nicaragua. Como ejemplo, su vecina Costa Rica, primer destino del éxodo de ‘nicas’ ante la crisis, tiene 612 casos confirmados y 3 muertes.

Acerca de su falta de medidas para evitar la transmisión de un virus que está dejando, dijo, “descarnado” al mundo, el mandatario nicaragüense insistió en minimizar el impacto del virus en el país, pero aseguró que “de manera ordenada hemos venido adoptando una serie de medidas y guiándonos por las normas internacionales”. Ortega justificó, eso sí, que las están aplicando “de acuerdo a nuestra realidad, a nuestras posibilidades".

"Aquí, si se deja de trabajar, el país se muere, el pueblo se muere", insistió Ortega para explicar por qué Nicaragua no ha vetado la llegada de vuelos de países extranjeros ni impuesto un confinamiento obligatorio –igual que México—. “Así que hay que hacer una combinación de cuidado para poder ir lidiando con esta peste", afirmó.

La estrategia de Ortega se ha basado en no suspender clases ni eventos masivos, ni cerrar locales –a diferencia de México—, pero sí enviar a cientos de brigadistas a que, puerta por puerta, y contra la opinión de expertos sanitarios, informen a las familias sobre los riesgos y las medidas de prevención ante el COVID-19.

"Y eso es lo que puede explicar y explica por qué la pandemia ha avanzado lentamente. No es que no haya entrado en Nicaragua, claro que entró y ya provocó un fallecido, pero su avance ha sido lento", subrayó Ortega.

Asimismo, trató de convencer a la población de que Nicaragua, uno de los más pobres de América Latina y con serios problemas de acceso a agua potable, está perfectamente capacitado para atender a posibles contagiados en los hospitales.