El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este viernes que está estudiando “en serio” la posibilidad de enviar a indocumentados detenidos por las autoridades a las llamadas “ciudades santuario”, localidades generalmente lideradas por demócratas, y que se niegan a colaborar con el gobierno federal en materia de migración.

“Debido al hecho de que los demócratas no quieren cambiar nuestras tan peligrosas leyes de inmigración, estamos en efecto, como se ha informado, considerando en serio colocar a inmigrantes indocumentados solo en las ciudades santuario”, escribió Trump en Twitter. “La Izquierda Radical siempre parece tener una política de Fronteras Abiertas y Brazos Abiertos, ¡así que seguro que esto les hace muy felices!”, agregó.

El tuit de Trump llegó después de que el jueves el diario ‘The Washington Post’ informara del plan y que, esa misma noche, la Casa Blanca asegurara que “esta fue solamente una propuesta que se hizo y se rechazó”.

NEGATIVA INTERNA. Según el rotativo, la idea surgió en noviembre de 2018, ante la llegada de una caravana de centroamericanos a la frontera. La Casa Blanca propuso al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) arrestar a esos indocumentados y después enviarlos en autobús a “ciudades santuario pequeñas y medianas". El fin era aliviar el problema de falta de espacio en los centros de detención y enviar un mensaje a los demócratas.

Sin embargó, el ICE rechazó la idea, también en febrero cuando el gobierno volvió a insistir, y argumentó que habría problemas presupuestarios y de imagen pública.

Asimismo, una fuente anónima citada por el diario aseguró ayer mismo que el departamento de Seguridad Nacional continúa sin contemplar esta opción, pese a las palabras de Trump.

Fuentes del Congreso y de ICE consultadas por el diario atribuyen la insistencia en la idea a Stephen Miller, un asesor de Trump conocido por ser el ideólogo de la política de separación familiar en la frontera con México.

RECHAZO FRONTAL. La líder de la cámara baja, la demócrata Nancy Pelosi, reaccionó afirmando que la propuesta es “indigna" e “irrespetuosa hacia los desafíos que afrontamos como país".

También diversos alcaldes de ciudades santuario criticaron la propuesta, como el de Los Ángeles, Erick Garcetti, quien recordó al mandatario que los migrantes “son personas, no peones”.

El alcalde de San José, Sam Liccardo, optó por dar la bienvenida a cualquier familia que esté dispuesta a correr “grandes riesgos por ser parte de nuestro gran país”, y el de Nueva York, Bill de Blasio, criticó que Trump demuestra de nuevo que la “única constante” en su política migratoria es la “crueldad”.