El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha elegido recurrir a dos antiguos fiscales del histórico juicio político a Bill Clinton para defenderlo en el impeachment que empezará el martes en el Senado de EU.

Se trata de Kenneth Starr y Robert Ray, que en la década de 1990 acapararon la atención de EU por su papel como fiscales especiales e independientes que con su investigación lograron poner contra las cuerdas al demócrata Bill Clinton, y que ahora se sumarán a otros juristas que desde hace meses diseñan la estrategia de defensa de Trump para el juicio político.

La elección es llamativa no solo porque ambos fiscales ahora pasarán a representar a la defensa, aunque en esta ocasión de un republicano, sino porque allá por 1999, cuando Clinton logró su absolución en el caso sobre sus mentiras acerca de su relación extramarital con la becaria Monica Lewinsky, Trump se despachó a gusto con Ray.

En entrevistas cuando Trump no era más que un magnate estridente por sus folclóricas apariciones televisivas —ni siquiera emprendía aún su aventura como director del reality show El Aprendiz—, aseguró que Ray era un “lunático”, un “tarado”, alguien que estaba “fuera de sus cabales”. El entonces bufón de los negocios inmobiliarios llegó a asegurar que Ray había sido un “desastre” en su tarea de lograr la destitución de Clinton.

Sin embargo, las cosas cambiaron recientemente, cuando este lanzó una serie de tuits criticando la iniciativa de impeachment de los demócratas, puesto que consideró que las ofensas de las que se acusa al mandatario no constituyen material suficiente para un proceso de destitución.

DEFENSOR DE ¿CULPABLES? Para hacer todavía más interesante su elenco de abogados, Trump eligió al letrado constitucionalista Alan Deshowitz para completar el triunvirato defensor. Deshowitz es un abogado muy conocido en Estados Unidos por su papel de defensor de figuras como la exestrella de futbol americano OJ Simpson, absuelto por el asesinato de su mujer —posteriormente escribió un libro titulado Si lo hubiera hecho: Confesiones del asesino— y del magnate Jeff Epstein, quien se suicidó recientemente en prisión, donde estaba enjaulado por establecer presuntamente una red de pedofilia. LAS ÚLTIMAS PIEZAS. Completarán el equipo defensor del presidente el abogado general de la Casa Blanca, Pat Cipollone, y uno de los letrados personales de Trump, Jay Sekulow.

Estos dos últimos serán los abogados principales de Trump, y según la cadena CNN, contarán también con la ayuda de otra abogada personal del mandatario, Jane Raskin, y de la exfiscal general de Florida Pam Bondi, que desde finales del año pasado ha sido el rostro de la operación mediática de la Casa Blanca contra el proceso.