La muy esperada intervención del presidente de la Reserva Federal de EU en Jakson Hole, Wyoming, para ver si anunciaba una rebaja de la tasa de interés para estimular la economía y espantar el fantasma de la recesión, quedó finalmente en nada, lo que desató la furia del presidente Donald Trump, quien llevaba más de una semana presionando e intimidando a quien él mismo eligió para el cargo para que anunciara una bajada de 1 punto porcentual en la tasa de interés.

Aunque admitió que las perspectivas de crecimiento mundial se han deteriorado desde mediados del año pasado”, Powell no anunció ninguna rebaja inminente de las tasas y, lejos de amilanarse por las amenazas de Trump, le lanzó un velado reproche, tras advertir que “si las guerras comerciales han contribuido a deteriorar el crecimiento global, la Fed no podría corregir eso mediante política monetaria”.

Los inversores esperaban que Powell diese alguna pista hoy en su discurso en Jackson Hole sobre el próximo paso de la Fed, después de que en su última reunión, en julio, los responsables del banco central estadunidense decidieran rebajar los tipos de interés hasta el rango de entre el 2 y el 2.25%. Ese fue el primer recorte del precio del dinero en EU en más de una década, ya que el anterior se produjo justo después de la aguda crisis financiera de finales de 2008.

Eso sí, Powell anunció que “la Fed está preparada para proporcionar más estímulo si una desaceleración económica global acaba por contagiar a la economía estadounidense”.

Ese pequeño consuelo de actuar en caso necesario no sirvió para apaciguar los ánimos de Trump, que teme que una desaceleración de la economía estadunidense (por no hablar de una recesión) acaba con su sueño de ser reelegido en noviembre de 2020.

“Como de costumbre, ¡la Fed no hizo NADA! Tenemos un dólar muy fuerte y una Fed muy débil”, lamentó Trump en su cuenta de Twitter. “Mi única pregunta es ¿quién es nuestro peor enemigo, Jay Powell o el presidente Xi?”.