Ha pasado prácticamente un mes desde que el 22 de diciembre del año pasado inició el cierre parcial del Gobierno de Estados Unidos debido a la falta de acuerdo presupuestario entre los dos grandes partidos del país.

Durante estas cuatro semanas, el presidente Donald Trump se ha mostrado firme en su exigencia de acordar un financiamiento federal sólo si incluye fondos para el muro con México, algo que los demócratas rechazan.

Sin embargo, ayer el mandatario movió ficha por primera vez y, a cambio de que entreguen los fondos para el muro, ofreció a los demócratas prorrogar durante tres años el programa DACA, que ofrece amparo legal a los “soñadores”, jóvenes que llegaron como indocumentados al país siendo niños. También propuso alargar durante el mismo tiempo el TPS, que protege de la deportación a cientos de miles de migrantes, sobre todo, salvadoreños.

Éstos son dos programas que aprobó el expresidente Barack Obama y que él mismo decidió cancelar.

Trump consideró que la propuesta es “un compromiso de sentido común que ambos partidos deberían aceptar”, y enfatizó que sigue reclamando los mismos 5 mil 700 millones de dólares para el muro fronterizo con México.

Asimismo, el paquete de medidas que propuso Trump incluye 800 millones de dólares para “asistencia humanitaria urgente” en la frontera y una inversión de 805 millones de dólares en tecnología para detectar drogas en los puntos de entrada a EU, así como el despliegue adicional de 2 mil 750 agentes fronterizos.

También estipula “medidas cruciales para proteger a niños migrantes de la explotación y los abusos, que incluyen un nuevo sistema que permite a menores centroamericanos pedir asilo desde sus países de origen y una reforma para promover la reunificación familiar de menores no acompañados”, añadió.

DECEPCIÓN Y NEGATIVA. Sin embargo, la comparecencia del presidente dejó fría a la líder de la Cámara baja, la demócrata Nancy Pelosi, que dijo que las propuestas ni siquiera son un “arranque”.

Pelosi agregó en un comunicado que sus colegas y ella estaban “esperanzados en que el presidente finalmente estaba dispuesto a reabrir el Gobierno”, pero que “desafortunadamente”, “su propuesta es una compilación de iniciativas rechazadas” anteriormente por los progresistas.

La líder demócrata dijo que las propuestas son “inaceptables” y que en conjunto “no representan un esfuerzo de buena fe”.