Metrópoli

Un absurdo urbano, usar Torre Latino para proyección de publicidad: experto

Un absurdo urbano, usar Torre Latino para proyección de publicidad: experto

Un absurdo urbano, usar Torre Latino para proyección de publicidad: experto

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Utilizar la Torre Latinoamericana para la proyección de publicidad es un absurdo urbano porque es un hito de la CDMX, un acento, algo que identifica y le da pertenencia al centro de la ciudad, señaló en entrevista con Crónica el arquitecto Elías Terán Rodríguez, académico de la UNAM. “Al modificar la fachada del edificio se pierden todos los valores arquitectónicos en conjunto, ya que todas las fachadas están dirigidas a ser el punto de orientación según la zona en que estés de la Ciudad”.

“Aquí no tenemos tantas obras icónicas del modernismo como la Torre Latinoamericana, se echaría a perder su propósito y arquitectura en aras de una función comercial que de ninguna manera llega a estar a la altura del objetivo fundamental de la cultura. La arquitectura es un fin en sí mismo, un patrimonio cultural, no un medio para el desarrollo de una función meramente económica”, dijo el arquitecto José Bosco Thierry Aguilar, académico de la UNAM.

La Torre Latinoamericana es un hito del primer cuadro de la Ciudad de México y marca la época de la posrevolución, la entrada del país al mundo moderno, explicó Terán Rodríguez. “Este edificio significa un avance tecnológico en el tratamiento de cimentaciones especiales con pilotes de control para subsanar y contrarrestar los sismos, avance tecnológico que los mexicanos han instrumentado y para el que han sido convocados en otros países que tienen el mismo problema o cimentos diferenciales como en Venecia”

Además de una muestra de buena arquitectura, explicó, es un ejemplo internacional de la estabilidad en zona sísmica que han proporcionado los ingenieros mexicanos en cálculo estructural y los pilotos de control. “La Torre Latinoamericana es una verdadera innovación mexicana desde el punto de vista tecnológico”.  

El edificio, diseñado por el arquitecto Augusto H. Álvarez y construido en 1956, fue referencia en la tecnología de la cimentación en donde se concentraron las ingenierías mexicanas y actualmente es la identidad de la Ciudad de México, señaló el arquitecto Terán.