Escenario

Un México surrealista en Luzia de Cirque Du Solei

El espectáculo circense regresó al país para una temporada en la Carpa Santa Fe, con 45 artistas en escena.

El espectáculo circense regresó al país para una temporada en la Carpa Santa Fe, con 45 artistas en escena. (Fotos: Armando Chikri)

Un México surrealista en Luzia de Cirque Du Solei

Un México surrealista en Luzia de Cirque Du Solei

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El pasado miércoles, Luzia sumergió al público en una atmósfera llena de criaturas fantásticas, piruetas, personajes de la cultura popular, luces cálidas y cascadas de agua - que parecían tener vida propia-.

Mediante un escenario giratorio de 360°, Luzia recorrió los distintos paisajes que existen a lo largo y ancho del territorio mexica: entre pasajes naturales y urbanos; bajo una línea atemporal que constantemente va de lo tradicional a lo contemporáneo.

Fue a partir de esa variedad de caras existentes, que la compañía teatral Cirque Du Solei asienta su espectáculo en el sentido más surrealista del país. La fascinación por lo extraordinario fue representada en el mundo de Luzia, con figuras que muestran lo vasta de nuestra flora y fauna: colibríes, jaguares, caballos, cactus y árboles se desprendían del suelo para caminar de la mano de los humanos, en un ambiente de extraña pero hermosa convivencia constante.

También hubo actos protagonizados por personajes icónicos de la cultura popular como los enmascarados de la lucha libre y los organilleros.

El agua fue otro de los elementos temáticos de la noche. Desde el cielo cayó una cascada de gotas perfectamente separadas entre sí, lo que formó un espectáculo de figuras de todo tipo. Dicha coreografía acuática fue atravesada por los atletas circenses, quienes suspendidos en el aire, realizaron acrobacias fuera de serie.

La habilidad humana para la realización de grandes hazañas, nos ofreció una ejecución impecable por parte de los atletas. Cada uno de los presentes, se mantuvo al filo de su butaca al observar cómo los acróbatas caían sin perder el estilo con una precisión casi felina.

La luz también fue indispensable en el show, pues con una iluminación que por momentos era tenue y por otros cálida y avasalladora, los presentes visualizamos lo que parecía ser un mundo de criaturas fantásticas. Fue así, con la naturaleza inverosímil del espectáculo, que la magia del circo trasladó a los asistentes a un mundo de ensueño, durante más de dos horas.