Opinión

Una pedagogía para las escuelas multigrado

Una pedagogía para las escuelas multigrado

Una pedagogía para las escuelas multigrado

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En congruencia con su compromiso con la equidad y la calidad, el nuevo gobierno se propone apoyar y mejorar a las escuelas multigrado, rama del sistema escolar que sufre grave| abandono.  El drama de estas escuelas, que operan con extremas carencias materiales y en entornos desfavorables, es que representan globalmente el servicio educativo que se ofrece a la población más marginada del país. Sus resultados de aprendizaje son muy pobres. Es decir, diremos sin ambages que estamos ofreciendo la educación de más baja calidad a la población más desamparada.

Ésta es la mayor injusticia educativa de México. En los últimos años el INEE impulsó un estudio sobre el tema y acaba de publicar una obra, se trata de La educación multigrado en México, obra coordinada por Sylvia ­Schmelkes y Guadalupe Águila (se puede leer en el sitio electrónico del INEE). Es una obra exhaustiva y excelente de enorme utilidad.

Me interesa reflexionar sobre la ausencia —perceptible en el texto— de una pedagogía para las escuelas multigrado. Es cierto, los docentes cuando enfrentan simultáneamente alumnos de dos o más grados diferentes, se enfrentan a una situación para la cual no estaban preparados. La normal prepara a los futuros docentes para que atiendan escuelas regulares. ¿Qué hacer frente a este escenario? Ellos advierten que los planes de estudios oficiales se convierten en una camisa de fuerza y se ven obligados a improvisar y avanzar a tanteos para formular al final ciertos procedimientos (enseñanza por proyectos, grupos, enseñanza asistida, focalizada y adaptada) a fin de que sus alumnos aprendan.

¿Por qué no hacer —digo yo— de la necesidad una virtud? Paradójicamente, la supresión de los grados escolares y la organización de escuelas multigrado se ha visto en otros países como un modelo pedagógico virtuoso que se aplica en numerosas escuelas. Daré ejemplos. Una obra de hace casi cinco décadas The Nongraded elementary schools, es decir, Las escuelas primarias sin grados, de John Goodlad and Robert Anderson es clásica en la materia. Ignoro si fue traducida al español.  Publicada en 1963, fue reeditada en 1987. El debate en esos años llegó a tener mucha fuerza y hacia finales del siglo XX existían escuelas de este tipo en Estados Unidos y Canadá. En Kentucky y Oregon proliferaron los centros escolares sin grados, lo mismo que en otros estados de la Unión Americana. Esta misma pedagogía se halla descrita en el libro Nongradedness (Sin grados) publicada en 1993 por Robert H. Anderson y Barbara Nelson Pavan.

Estos autores sostienen que, en una escuela sin grado, deben prevalecer estas reglas pedagógicas: 1. Se debe valorar las diferencias entre los alumnos. 2) El aprendizaje debe ser desafiante y placentero. 3) El estudiante es un todo: se debe nutrir su desarrollo cognitivo, físico, estético, social y emocional. 4) La atención docente debe concentrarse en el alumno. 5) La organización interna del trabajo será flexible y favorecerá la interacción libre con otros alumnos y entre estos últimos y adultos. 6) Los estudiantes avanzan a su propio ritmo y con medios apropiados diversos. 7) Los contenidos ­curriculares se adaptan con flexibilidad al trabajo escolar. 8) El docente debe tener presente siempre los objetivos de aprendizaje para cada alumno. 9) La evaluación es novedosa, en el sentido de que es holística, como holísticos son los fines que se proponen.

Se trata de explorar. ¿Podrían las escuelas multigrado evolucionar a escuelas sin grados? Si no se hace esto, el carácter de multigrado seguirá siendo un obstáculo para el correcto desenvolvimiento de la enseñanza y el aprendizaje. El objetivo es el aprendizaje: no puede haber justicia educativa si los niños, niñas y adolescentes pobres no aprenden. En todo caso, parece claro que debemos ampliar nuestra mirada: hay que estudiar los modelos de educación para la diversidad (Aljinovivh), la educación diferenciada (Philippe Perrenoud y otros), mastering learning (Benjamin Bloom), las modalidades de educción colaborativa que se asocian al modelo de educación democrática (que hoy se aplican en Puebla, Durango y San Luis Potosí), etcétera.