Opinión

Una política de unidad nacional

Una política de unidad nacional

Una política de unidad nacional

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

México enfrenta una crisis sin precedente que reclama medidas excepcionales por parte de sus dirigentes políticos. Nadie puede cerrar los ojos ante esta alarmante realidad.

La pandemia trajo consigo el derrumbe de la economía nacional e introdujo cambios drásticos en escenario internacional. La producción de riqueza cae fatalmente, tanto en México, como en el resto del mundo, y recuperar las anteriores tasas de empleo e índices de bienestar llevará años de esfuerzo.

México necesita, por lo mismo, un cambio de rumbo político. El manejo personalizado y faccioso del poder, debe abandonarse para dar cauce a una nueva política, una política de unidad nacional que permita que los mexicanos enfrentemos juntos, como una sola fuerza, los desafíos presentes y futuros.

Este cambio de rumbo no implicaría el abandono de lo que, me parece, son las tres grandes prioridades del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, a saber: 1) la lucha contra la corrupción; 2) el apoyo del Estado a las poblaciones que sufren mayor pobreza y abandono y 3) el impulso al desarrollo del Sur del país que es, sin duda, el mayor acierto.

Los liberales (o si se quiere, neo-liberales) proponen, por un lado, fortalecer el mercado y la sociedad y, por otro, adelgazar o debilitar al Estado. Creo que una política de ruptura con este esquema debe llevar a crear un Estado fuerte, que produzca servicios sociales (salud, educación, cultura) de primera calidad para la población más desamparada.

Pero necesitamos un Estado fuerte no como lo fue el viejo Estado del PRI: un Estado que oprimía a la sociedad. No, el nuevo Estado fuerte debe vincularse a una sociedad fuerte. Fuerte en tres dimensiones: en lo material, en lo moral y en lo cultural.

Una sociedad fuerte se funda en ciudadanos fuertes, lo cual nos lleva a la educación. Sólo a través de la educación podemos esperar que se formen los nuevos ciudadanos que México necesita: ciudadanos con alta autoestima, informados, críticos, con una moral positiva, participativos y comprometidos con el destino de sus comunidades y de su país.

Urge volver la vista a la educación, no sólo para dar más becas a los alumnos sino para mejorar los contenidos y la calidad de los servicios educativos. La educación que la escuela mexicana imparte no nos satisface, es una educación mediocre que demanda más contrataciones de maestros, mejor formación para ellos y una mayor inversión financiera que permita atender las necesidades imperiosas de infraestructura, equipos y materiales educativos.

Un Estado fuerte debe ser fuerte, sobre todo, en dinero. Por lo mismo, la nueva unidad nacional debe crear condiciones para revisar a fondo la política fiscal, lo cual obliga a romper con mitos que han entorpecido nuestro desarrollo y que han bloqueado una reforma fiscal progresiva.

Somos en América Latina uno de los países donde la inversión empresarial paga menos impuestos, lo cual representa un estigma vergonzoso para México y un impedimento formidable para nuestro desarrollo.

Gilberto Guevara Niebla